Hace unos días publiqué una sencilla encuesta en la que os invitaba a participar para elegir vuestra distribución favorita, y la verdad es que me asombró el resultado: en apenas un par de días ya teníamos más de 1.000 votos que confirmaron básicamente los porcentajes que ya se habían producido anteriormente en la encuesta de LifeHacker en la que basé aquella entrada de MuyLinux.
Diagrama modificado tras evaluar el «efecto Mandriva»
Sin embargo a medida que la encuesta avanzaba se empezó a ver un extraño suceso: de repente Mandriva comenzó a subir de forma increíble en la votación, y claro está, investigué el tema. El asunto no tenía ningún misterio: los usuarios de Mandriva habían animado a otros seguidores de esa distribución (encontré también un post en un foro de Mandriva en inglés, pero ahora no tengo el enlace) a votar en la encuesta a favor de Mandriva, y eso ha hecho que los datos resultantes estén un tanto distorsionados.
Gráfico directo según los datos de la encuesta
De hecho, hasta que apareció ese efecto los porcentajes de la votación eran mucho más «esperables», por lo que he decidido incluir la gráfica final con los datos reales de la encuesta -incluidos los votos de más que obtuvo Mandriva por la acción colectiva de sus usuarios, que la verdad, no me ha parecido bien- y con otros que creo más justos (la primera imagen del post) y que reflejan más o menos los porcentajes que se estaban manteniendo al principio. En esa gráfica, más objetiva, Mandriva estaba claramente por debajo de Debian, openSUSE o Fedora, y creo que refleja mejor la realidad.
No pretendo con esto levantar las iras de los fans de Mandriva ni las de los responsables de BlogDrake, un sitio al que accedo de cuando en cuando, sino simplemente reflejar el resultado que yo creo que se hubiera mantenido durante toda la encuesta, cuando Ubuntu se alzaba claramente con la primera plaza con un 65% de los votos que de repente bajó al 54% tras esos votos masivos para Mandriva, que pasó del 4% al 16% de forma demasiado sospechosa.
La idea era realizar una encuesta más o menos objetiva, y la cosa se ha torcido al final por una absurda guerra entre distribuciones que sigo sin entender. El enemigo no es Ubuntu, señores. Si hay algún enemigo, está claro que no es la distribución GNU/Linux de al lado, sino otras plataformas como Windows o Mac OS X. Sea como fuere, ¡gracias a todos los que habéis participado!