La lista TOP500 que aparece cada seis meses ha vuelto a confirmar el papel dominante de Linux en el mercado de los supercomputadores, donde el 90% de ellos hacen uso de alguna distribución o desarrollo basado en Linux.
El supercomputador más potente del mundo es el Sequoia, un sistema IBM BlueGene/Q instalado en el Departamento de Energía del Lawrence Livermore National Laboratory, en Estados Unidos, que logró un resultado de 16,32 PetaFLOPS en las pruebas Linpack gracias al uso de sus nada menos que 1.572.864 cores. ¿Su sistema operativo? Linux, claro.
La segunda posición la ocupó el Fujitsu K Computer, de Japón, instalado en el RIKEN Advanced Institute por Computational Science (AICS) en Kobe. Logró 10,51 PetaFLPS y hace uso de 705.024 procesadores SPARC64. Aunque el hardware está diseñado por Sun/Oracle, el sistema operativo es Linux, y no Solaris o OpenSolaris.
De hecho, como comentan en ZDNet, Solaris ni está en la lista, mientras que OpenSolaris solo se usa en un sistema. La propia Microsoft logra un posicionamiento algo mejor, y hay 2 supercomputadores que hacen uso de Windows HPC 2008. El único sistema que le hace algo de sombra a Linux es otro derivado de Unix, AIX, que está presente en 22 de estos sistemas, el 4,4% de los supercomputadores más rápidos del mundo.