Hace casi un mes y medio que openSUSE 13.1 cayó en nuestras manos, y lo cierto es que en MuyLinux la recibimos con ganas, dedicándole un par de artículos especiales explicando la instalación básica del sistema y su configuración inicial (que hemos actualizado un par de veces). ¿Por qué? OpenSUSE 13.1 es un lanzamiento especial, por varias razones.
La primera sería la impresionante evolución que ha experimentado la distribución comunitaria de SUSE de sus inicio a esta parte. Salvando algún pequeño escollo, openSUSE ha demostrado en los últimos años que es una distribución de fiar que mejora con cada nuevo lanzamiento. Sin enturbiar al personal. Las nuevas versiones de openSUSE no son sorprendentes, pero tener la seguridad de qué te vas a encontrar es una baza muy importante para tomar en consideración un sistema operativo con el que trabajar.
Por supuesto, no tendría gracia que openSUSE jugase a ser Debian. Y he ahí el quid de la cuestión: lo que hace especial al Geeko es que con una paquetería bastante más actual, su estabilidad desde el primer día es de aplaudir. De hecho, si openSUSE no tuviese un escaso soporte de 18 meses, podría resultar en una alternativa destacada frente a las mejor posicionadas en este aspecto, Debian y Ubuntu LTS (y como hablamos de PC, dejamos fuera de la ecuación a CentOS o Scientific Linux, que también son opciones válidas).
Ésa, por cierto, sería otra de la razones para dar tanta bola a openSUSE 13.1: además de los 18 meses de soporte oficial, tiene asegurados otros 18 meses de vida vía soporte comunitario. Así, gracias al proyecto Evergreen, openSUSE 13.1 no se retirará hasta 2016.
La gran baza de openSUSE, no obstante, es tan propia del sistema como YaST. A diferencia de la gran mayoría de distribuciones GNU/Linux, SUSE y openSUSE dan la sensación desde el primer contacto de ser un sistema operativo «completo». La falta de herramientas administrativas con interfaz gráfica de usuario es una constante que tampoco es grave, todo sea dicho, pero disponer de un entorno como YaST, tanto en el escritorio como en la línea de comandos, es una auténtica delicia y un valor añadido relevante.
Lo genial de YaST es que hablamos del instalador de sistema más completo de GNU/Linux, sin dejar de ser sencillo; el centro de control administrativo más completo de GNU/Linux, sin dejar de ser sencillo -con versiones Qt, GTK+ y WebYaST-; y en su modo Ncurses no pierde apenas opciones y su manejo es prácticamente el mismo. Además, hace años que dejó de ser un monstruo tragaldabas y se comporta de manera muy eficiente. Para redondear, YaST 3.0, la versión que acompaña a openSUSE 13.1, ha sido reescrita en Ruby. Y «no se nota» nada. De ahí que me atreva a afirmar que es una distribución de fiar.
Con todo, ni openSUSE es un sistema perfecto, ni openSUSE 13.1 ha sido un lanzamiento inmaculado. Junto con algún que otro detalle menos afortunado, que una distribución de su importancia no tenga listos los repositorios de los controladores privativos de AMD y NVIDIA en su lanzamiento, es de tarjeta amarilla.
En el caso de AMD no es exactamente culpa de nadie. Por incompatibilidad entre componentes de la pila gráfica, solo se podíautilizar la versión en desarrollo del controlador privativo, todavía en fase beta. El rendimiento es muy bueno y se muestra bastante estable, pero no deja de ser un puntito negro a tener en cuenta.
Actualización: La versión final llegó el 21 de diciembre a los repositorios.
Respecto a NVIDIA, no ha sido hasta hace poco más de un par de semanas que los repositorios semioficiales se pusieron a disposición de los usuarios. Esto ya no es un puntito negro, sino un punto negro y bien redondo. Siempre, claro está, que se necesiten los controladores privativos y no se sepa cómo instalarlos a la antigua usanza, que tampoco es tan complicado. El único pero sería que las actualizaciones del kernel hacen preciso la reinstalación del controlador, tal y como sucede en Fedora.
En cualquier caso, si bien este tropezón con los repositorios adicionales le resta puntos a la presentación de openSUSE 13.1, sobre todo porque no es la primera vez que pasa, lo positivo equilibra la balanza a favor del camaleón como nunca antes.
Es decir, esta es la mejor versión de openSUSE hasta la fecha. Lo que tampoco debería ser de extrañar, a tenor de que el software tiende a mejorar con cada nueva versión. Pero es una máxima que openSUSE cumple con más regularidad que otras, no solo en el aspecto técnico.
Por ejemplo, openSUSE 13.1 es la primera versión que repite arte gráfico, basado en el fondo de pantalla oficial que puedes ver más arriba. Y no es un detalle menor para una distribución que se ha caracterizado por una presentación sobria y elegante, que no bonita y agradable, siempre cambiante. Parece que finalmente han comprendido que el verde es un medio, no un fin, y que no es necesario cambiar de maquillaje con cada lanzamiento, sino pulir lo que ya está bien para favorecer el conjunto y reforzar la imagen de marca. Ya veremos qué sucede con openSUSE 13.2…
Otro detalle que han bordado en esta edición, al menos en lo que al escritorio KDE respecta, es la gestión de actualizaciones. Llevábamos años esperando un applet de escritorio decente y recomendando la desactivación del que venía de serie, pero esos tiempos han terminado. El nuevo applet es casi tan excelente como lo imaginado: se integra a la perfección con la bandeja de sistema de Plasma, no interfiere con otros métodos de gestión de software constantemente y, ante todo, es fiable -y recomendable-. La única pega que se le podría poner es que falla al mostrar la información de los paquetes…, o que se base en Apper y no en YaST, aunque también Apper ha mejorado mucho.
Y otro aspecto a mejorar en openSUSE: de la instalación de aplicaciones vía búsqueda de paquetes en línea se encarga YaST, mientras que de los RPM en local hace lo propio Apper, además de gobernar el applet de actualizaciones. La instalación y actualización se puede realizar con ambos. O sea, un sinsentido derivado de razones técnicas. Lo ideal sería que YaST se ocupe de todo e integre la búsqueda en línea, mas no parece que se vaya a hace realidad pronto ese deseo… (por pedir… todo lo que no sea YaST y Zypper -que también permite instalar paquetes RPM en local-, sobra).
Siguiendo con las sorpresas en la versión KDE de openSUSE 13.1, aunque la distro fue lanzada con KDE 4.11.2, la actualización oficial a KDE 4.11.3 llegó unas tres semanas después. No es algo insólito, desde luego, pues a lo largo de la vida de la distro se va actualizando la versión de KDE, pero no recuerdo otra vez en la que se dieran más prisa. Ahora, a la espera de KDE 4.11.4, siempre que no se quiera usar uno de los también fiables repositorios comunitarios, donde ya está KDE 4.12.
Si hablamos de software disponible, tres cuartos de lo mismo: es difícil no encontrar un paquete, y a veces lo curioso es que en openSUSE tienes paquetes que en otras distros tan profusas como Ubuntu en este sentido, no encuentras (me ha pasado con aplicaciones menores de KDE, plasmoides, etc). Aunque lo normal es que en ninguna de las distros «grandes» eches a faltar nada importante.
Resulta evidente: para que todo el engranaje funcione correctamente, es necesario un gran equipo humano detrás, y openSUSE tiene una comunidad que no es escandalosa, pero que es muy colaboradora. Así se ha pulido el producto, con herramientas a la altura de las circunstancias y mucha gente involucrada en sacar adelante un sistema operativo de la mejor calidad.
Aunque, como suele pasar, openSUSE 13.1 funcionará mucho mejor dentro de un año que ahora, especialmente en lo que a la estabilidad del sistema se refiere. Lo mismo que ocurre con las LTS de Ubuntu e incluso con Debian.
En resumen, mientras esperamos los resultados de una encuesta que, os adelanto, cambia de manera significativa el panorama que teníamos el año pasado (sí, hay sorpresas), si alguien sin los conocimientos pertinentes me pidiese opinión, de este 2013 solo recomendaría openSUSE 13.1…, y Debian 7, según el caso.
Termino. Como veis, esto no es una revisión al uso, y es que que tras varios artículos explicando las novedades y generalidades de esta distribución, no tenía sentido repetir lo mismo una vez más, simplemente añadiendo una valoración, que, en cualquier caso, iba a ser positiva. Y no porque openSUSE -muchos los sabéis- sea mi distribución de cabecera. Es justo al revés: es mi distribució0n de cabecera porque se lo gana.
Mirando hacia 2014, sin embargo, cambia la perspectiva. Va a ser difícil que algún lanzamiento rivalice con las LTS de Ubuntu y compañía, al menos de cara al usuario común. Veremos.