«Era una promesa desde hace mucho tiempo, pero ya está aquí». Estas eran las palabras que Linus Tovalds ha usado para presentar la última versión de la serie de núcleos estables 2.6.x, que según sus palabras se ha retrasado por un problema que les tenía a todos despistados.
Menos mal que al rescate llegó Ingo Molnar, uno de los desarrolladores más reputados del núcleo de Linux en la actualidad. Tras detectar y corregir el error, ya tenemos con nosotros este nuevo núcleo, que llegan con «toneladas y toneladas» de mejoras, aunque la inmensa mayoría sean poco relevantes para el usuario final.
En Phoronix resumen algunos de los cambios más importantes, como las mejoras al sistema de ficheros EXT4 – que aún no utiliza ni el tato, la verdad -, mejor gestión de memoria, o la regulación térmica de la tecnología ACPI. Además ya existe soporte inicial para los controladores ATI R500 DRM. Cosas importantes de fondo, pero que los usuarios de a pie no notaremos de buenas a primeras.
Próximamente en sus pantallas.