Como sabéis, este último par de días toda la prensa tecnológica se ha cebado (y seguirá haciéndolo) con Google Chrome, el nuevo navegador de esa empresa cuyo lema original, «Don’t be evil» ha acabado siendo todo un eufemismo. Google está acaparándolo todo en Internet, y ahora van a por un mercado en el que no habían entrado, pero en el que además lo hacen por la puerta grande, con un navegador realmente interesante en muchos de sus conceptos.
Nuestros compañeros de MuyComputer han realizado un extenso análisis de las características que podemos esperar de este desarrollo, y tantas son que han tenido que dividir el contenido de este artículo especial en 6 partes:
1. Introducción
2. Chrome, un navegador asíncrono
3. WebKit, el cerebro de la bestia
4. Navegador nuevo, interfaz nueva
5. Google Chrome y la seguridad
Sin embargo, hay que señalar que este navegador se ha lanzado únicamente en versión Windows: por el momento ni los usuarios de Mac OS X ni los de Linux podremos disfrutar de sus prestaciones, aunque sus desarrolladores han prometido que ambas versiones estarán disponibles pronto.
Los más intrépidos pueden juguetear con el código Open Source que Google ha puesto a nuestra disposición, y aunque existen instrucciones sobre cómo compilar el proyecto Chromium (del que se deriva el navegador Chrome) en Linux y Mac OS X, lo único que lograremos tras la descarga de los 435 Mbytes de ficherito con todas las fuentes es llenar nuestro disco duro. Al descomprimir ese tgz tendremos 1,8 Gbytes ocupados por el directorio chromium, que al ser compilado se amplía en otros 400 Mbytes.
¿Con qué resultado? Pues uno bastante lamentable: tan sólo hay un par de ejecutables que no ofrecen ni por asomo la interfaz de Chrome, sino que tan sólo sirven para pasar ciertas pruebas de validación y compatibilidad (en modo texto, para más INRI) con el sistema Linux en el que se ejecutan. Yo lo he hecho y he perdido el tiempo miserablemente, así que ni os esforcéis.
A esperar tocan. Tampoco hay prisa: Firefox 3 sigue siendo fantástico.