Está claro que las posibilidades de personalización de nuestro entorno de escritorio son casi ilimitadas. Aunque hay diseños para todos los gustos, eso de emular a otros sistemas siempre ha sido especialmente interesante.
Es lo que ha hecho un usuario de Linux, que ha camuflado su Ubuntu 8.10 de forma que tenga prácticamente el mismo aspecto que Windows 7. De hecho hasta que no he ampliado las imágenes no he reconocido algunos de los componentes gráficos típicos de Ubuntu.
De hecho, el chico se ha pasado y hasta ha modificado el botón de inicio de la barra de tareas con el mismo aspecto que tiene el del escritorio de Windows 7. Precisamente la propia barra de tareas también está perfectamente emulada, una de las características que parecía más complicada de «copiar» de Windows 7.
Sin duda un gran trabajo de este usuario, que ha demostrado que una vez más en Linux uno puede hacerlo casi todo. Por supuesto, el procedimiento es aplicable a cualquier distribución siempre y cuando estéis trabajando con GNOME.