Como señalan nuestros compañeros de MuyComputer, los sistemas operativos Unix comerciales están reduciendo su cuota de mercado gradualmente desde hace años, pero esa tendencia se está acentuando y beneficia especialmente a GNU/Linux, que se originó a partir de esos sistemas. La relevancia de las soluciones de gigantes como IBM o HP es cada vez menor, y muchas empresas confían en Linux para sustituir a soluciones que a menudo van demasiado ligadas al hardware.
Hace unos meses ComputerWorld publicó un estudio realizado por RealTech (y disponible en inglés en formato PDF) en el que se analizaba la situación de SAP en el mercado de los sistemas operativos actuales. Este famoso ERP está instalado en miles de servidores y centros de datos de grandes empresas, y resulta interesante conocer qué sistemas operativos están detrás de dichas implantaciones.
Pues bien, según dicho estudio la tendencia es clara: los sistemas Unix comerciales están perdiendo cuota de mercado de forma vertiginosa, y lo hacen debido a que Linux les está robando la cartera descaradamente. Los principales protagonistas del sector llevan años con sus propuestas, que normalmente están muy ligadas al hardware en el que funcionan. Así, IBM vende parte de sus mainframes y servidores con AIX, mientras que HP hace lo propio con HP-UX y Sun con Solaris.
El gráfico muestra cómo precisamente el porcentaje de migración de otros sistemas operativos a Linux en este tipo de implantaciones proviene en gran parte (nada menos que un 68,2%) del abandono de sistemas Unix. HP-UX parece ser el sistema «menos querido», puesto que un 40,9% de las migraciones se producen desde ese sistema operativo a soluciones GNU/Linux, pero AIX tampoco se queda a la zaga con un 18,2%. Destacable es también la migración desde desarrollos Windows, que supone un 13,6% del total.
Los dos factores de esta migración parecen evidentes. Por un lado está el coste de estas soluciones, que con desarrollos Linux suelen ser muy inferiores (incluso teniendo en cuenta los planes de soporte de empresas especializadas como Red Hat o Novell). Por el otro, cómo no, la independencia del vendedor, algo que otorga a las empresas un valor añadido respecto a las soluciones «implantadas» por fabricantes como IBM o HP, cada vez más en desuso.