Como señalan nuestros compañeros de MuyComputer, en Ars Technica han realizado un curioso experimento: instalar KDE 4.2 RC en Windows. El popular entorno de escritorio para GNU/Linux está disponible desde hace tiempo también para Windows, y sus prestaciones son destacables. Como indican en el análisis de Ars, las versiones anteriores de KDE para Windows pecaban de ser algo inestables y de tener fallos notables en varias aplicaciones, pero la cosa ha mejorado con KDE 4.2 RC.
Una de las sorpresas del desarrollo de la nueva familia de entornos de escritorio KDE 4 fue el hecho de que dicha propuesta sería compatible no sólo con el sistema operativo GNU/Linux, sino que además podría ser instalado en Windows para sustituir al entorno y la interfaz tradicional de este sistema operativo. Las primeras ediciones de KDE 4 (KDE 4.0 y KDE 4.1) han resultado ser menos notables de lo que se esperaba, y muchos usuarios han criticado su estabilidad y los fallos en la ejecución de diversas aplicaciones.
Sin embargo, se espera mucho de KDE 4.2, cuya versión Release Candidate lleva unos días disponibles y que precede a la aparición de la versión final de KDE 4.2 que teóricamente aparecerá mañana. Dicha RC está disponible para pruebas no sólo en distintas distros de Linux, sino que también se puede instalar en Windows, tal y como han demostrado en el excelente artículo de Ars Technica, que ya hace meses realizó un artículo similar con las versiones preliminares de KDE 4.
En dicho análisis han realizado pruebas con Windows XP, y como indican la instalación de KDE 4.2 RC no podría ser más sencilla. El equipo de desarrollo de KDE en Windows proporciona un asistente de instalación que permite elegir qué componentes deseamos instalar, a partir de lo cual tendremos disponible tanto la interfaz de KDE 4.2 como las aplicaciones más notorias disponibles para este desarrollo, como Konqueror, Dolphin, Amarok o la suite ofimática KOffice.
La integración con las aplicaciones nativas de Windows parece ser casi perfecta gracias a los estilos nativos del toolkit Qt en el que se basa KDE, y en el caso de que alguna aplicación falle en su interfaz siempre es posible cambiar el tema de escritorio, aunque el estilo Oxygen nativo de KDE parece ser perfectamente usable en la mayoría de las situaciones.
Una de las aplicaciones que ha mejorado notablemente en Windows es Konqueror, el navegador web de KDE basado en KHTML (el motor del que partió WebKit, responsable del funcionamiento de Safari y de Google Chrome). Parece que KOffice no funcionaba tan bien (aparte de que por ejemplo no tiene soporte para formatos de documentos de la suite MS Office). Amarok se instalaba correctamente, pero por lo visto el sonido no se reproducía debido a aparentes problemas con Phonon, el sistema de audio usado por KDE y Qt.
Lo que también funciona parcialmente es el entorno visual de KDE, llamado Plasma y que aporta un sistema visual realmente potente en el que los llamados Plasmoides tienen especial relevancia. Estos widgets de escritorio funcionan sin problemas (aunque hay que lanzar Plasma manualmente antes), y la experiencia es, a juzgar por las imágenes, bastante decente. Eso sí: su uso práctico parece aún limitado, pero según el autor del análisis aún queda camino por recorrer, aunque KDE y Plasma podrían convertirse con el tiempo en una alternativa real a la interfaz de Windows.