La pequeña polémica que se montó a raíz del cambio de Linus de KDE a GNOME ha sido motivo de un post de Aaron Seigo, uno de los desarrolladores de KDE.
Seigo ha comentado con bastante elegancia una situación que no debería desatar tantas suspicacias.
«Linus es tan sólo un usuario. Para cada Linus Torvalds (de los que hay exactamente uno), tenemos decenas de millones de usuarios de KDE y unos cuantos miles de millones que no usan ninguna solución F/OSS. No me gusta perder a ningún usuario, desde luego, y que pase algo así puede ser desesperanzador y hacerle pensar a uno en lo que está haciendo.«
Sin embargo, y como comenta Seigo, las decisiones de KDE 4.0 se realizaron con vistas al futuro. Puede que las primeras versiones no fueran lo completas que les hubiera gustado, pero tal y como afirma, esa decisión está dando sus frutos. KDE 4.2 es una edición «grandiosa», según sus palabras, y parece que la recién llegada podría por fin consolidarse como la prueba de lo que puede dar de sí KDE 4.
El post se alarga un buen rato comentando todo lo que ha ido pasando en estos meses y tratando de contestar a los comentarios de Linus, pero todo con mucha coherencia. Uno de las cosas que dice me ha gustado mucho.
Aquí el daño colateral será el miedo a la innovación. «No hagas nada demasiado importante, porque te costará mucho…», una lección que algunos están aprendiendo de esto. El miedo es un asesino. Es algo que también templa la toma de riesgos innecesarios, pero también puede evitar que se tomen riesgos saludables.
Toma.