El proyecto LinuxDNA comienza a dar sus frutos, tal y como demuestra un artículo de LinuxJournal en el que revelan que el objetivo de esta iniciativa -utilizar un compilador distinto para sacarle más jugo al kernel Linux– está muy cerca de ser logrado.
El compilador por defecto utilizado para obtener el núcleo de Linux y la inmensa mayoría de aplicaciones que usamos en nuestras distribuciones es el legendario gcc, que aunque ha ido evolucionando bien con el tiempo parece no ser la mejor alternativa para exprimir al máximo las prestaciones de nuestro hardware.
Al menos eso es lo que opinan en este proyecto, donde han logrado utilizar el Intel C/C++ compiler (conocido como ICC) para compilar todo el núcleo del sistema operativo y arrancar con ese núcleo sin problemas, un hecho importante para la evolución del proyecto. Lo interesante del caso es que dicho núcleo ofrece hasta un 40% de mejora de rendimiento en algunos apartados.
Así pues, aunque la mejora media sea del 8-9% según los datos de sus desarrolladores, es probable que al utilizar nuevas versiones del compilador se logren rendimientos aún más interesantes. y Es que un 10% de mejora así, por la patilla, no es moco de pavo.