Si eres programador y estás desarrollando una aplicación a la que le quieres aplicar una licencia Open Source, seguramente te hayas dado cuenta de que hay muchas opciones. ¿Cuál es la mejor elección a la hora de trabajar con Open Source? Es en lo que trata de ayudarnos un completo artículo en el que un desarrollador ha analizado cada una de las licencias Open Source que existen actualmente. ¿Cuáles son las diferencias entre licencias de dominio público, y de copyleft «débiles» y «fuertes»?
Shlomi Fish, un joven desarrollador especializado en desarrollos Open Source, ha elaborado un interesante artículo en el cual compara las distintas alternativas que los programadores de Software Libre y Open Source (Free and Open Source Software, FOSS) tienen cuando están trabajando en un nuevo proyecto.
Lo cierto es que este tipo de decisión cada vez es más compleja debido al creciente número de licencias que han ido apareciendo con el paso del tiempo. Aunque la GPL es la más conocida y extendida -sobre todo en su versión 2- en los últimos años distintas organizaciones han propuesto otro tipo de licencias que ofrecían ciertas ventajas con respecto a otras alternativas, de modo que básicamente cada programador disponía de una licencia que más o menos se ajustaba a sus necesidades.
Fish elabora un completo análisis dividiendo el actual segmento de las licencias FOSS en tres grandes grupos:
- Licencias de Dominio Público: permiten hacer prácticamente cualquier cosa que te convenga con el software y su código fuente. Ejemplos de estas licencias: licencias BSD, MIT X11, Apache e ISC.
- Licencias Copyleft «débiles»: este tipo de licencias obligan que el código fuente derivado de estos desarrollos siga usando la misma licencia, aunque uno puede enlazar esa licencia débil e integrarla en un desarrollo global con otra licencia -incuyendo licencias que no son Open Source. Ejemplos: LGPL, Artistic Licence, o la MPL.
- Licencias Copyleft «fuertes«: parecidas a las anteriores, pero que obligan a que incluso desarrollos que incluyan a código fuente con esa licencia tengan que usar esas licencias, y no otras. Ejemplos: la famosa GPL (tanto en su versión 2 como en su versión 3), o la Sleepycat License.
A partir de ahí Fish realiza una serie de recomendaciones en las que por ejemplo indica que es mejor utilizar licencias compatibles con la GPL, pero que no es buena idea usar las licencias GPL o LGPL porque contienen demasiadas restricciones adicionales al concepto de copyleft. Según su opinión, la licencia MIT X11 es «corta, simple y fácil de comprender«, y además es compatible con la GPL.
Fuente: Developer.kde.org.
Es interesante comprobar también un texto reciente de Bruce Perens -toda una personalidad dentro del mundo Open Source- en el cual debatía sobre el número de licencias Open Source que realmente se necesitan en el mundo. Según sus datos en la actualidad existen 73 licencias Open Source aprobadas, y tras un desarrollo de las ventajas y desventajas de muchas de ellas Perens recomienda la licencia Affero GPL3. Como siempre, para gustos los colores.