Es normal que haya cientos de distribuciones que apenas conozcamos, pero es que eso provoca que a veces se nos pase por alto la existencia de algunas alternativas realmente interesantes. Es lo que ocurre con estas distribuciones que tienen en común su base, Ubuntu, pero que cuentan con personalidad propia.
Está claro que la distribución de Canonical es una referencia clara para muchos desarrolladores y también para aquellos que quieren elaborar una distro a medida: la cantidad de paquetes y ayudas en este caso es un valor añadido que hace que las soluciones derivadas de Ubuntu –ya hemos analizado unas cuantas en otras ocasiones– vayan más allá de las oficialmente aceptadas por la propia Canonical.
El interesante artículo de Linux Magazine que es la base de este texto nos permite por tanto descubrir (o redescubrir, puesto que puede que alguna sí os suene) cinco distribuciones basadas en Ubuntu que tienen un toque especial.
1. DEFT (Digital Evidence & Forensic Toolkit)
Nos encontramos ante una de esas distribuciones que serían perfectos para un CSI de informáticos, porque esta distribución está basada en Ubuntu pero hace uso de LXDE como gestor de ventanas (muy ligerito) y que además incluye todo tipo de herramientas de informática forense, como DHash, ClamAV, Wireshark, Gigolo o Nessus. Todas esas herramientas permitirán estudiar posibles intrusiones en nuestros sistemas, o bien analizar dichos sistemas para evitar futuros problemas.
2. Element
Una de las que no conocía, y probablemente la más llamativa de las cinco. Element es una distribución para máquinas de 32 bits que está orientada a convertir nuestro PC o portátil en un completo Media Center. Una de sus características es su interfaz «ten foot» (un término que engloba a este tipo de interfaces), que está basado en XFCE 4 y que destaca por su atractiva interfaz visual. Si a eso le unimos el hecho de que XBMC es el encargado de controlar los contenidos multimedia, nos podemos imaginar las posibilidades de una distro que tiene muy, muy buena pinta.
3. Jolicloud
Esta es probablemente la distribución más conocida de las cinco, y parece que sus desarrolladores siguen trabajando en una versión final, porque no acabamos de salir de la beta. Jolicloud es lo más parecido a una especie de Chrome OS, pero con las ventajas de Ubuntu y sin los inconvenientes impuestos por Google. Si os gustan los servicios web y la informática «en la nube», esta distro para netbooks es una gran elección.
4. MoonOS
Otra desconocida, que destaca por combinar Ubuntu con un entorno de escritorio que siempre he considerado como uno de los más atractivos -aunque algo confuso- para los usuarios: Enlightenment (al que comunmente se le llama tan solo «E»). En realidad E es más un gestor de ventanas que un entorno de escritorio, y se trata de uno de los desarrollos más longevos del mundo Open Source. De hecho la versión actual en desarrollo, E17, lleva implementándose desde el año 2000. Ahí es nada. Si queréis descubrir sus prestaciones, moonOS os da la oportunidad.
5. WattOS
La versatilidad de Linux y de Ubuntu vuelve a demostrarse con wattOS, que actualmente está disponible en forma de versión RC1 y que está basada en Ubuntu 9.10. El objetivo de esta distribución es ofrecer un sistema súper rápido, ligero y muy eficiente en consumo de recursos energéticos. Su entorno de escritorio es Openbox, muy poco conocido pero que supone una alternativa a otros gestores ligeros. Una alternativa fantástica a otras distros como Damn Small Linux o Tiny Core y que es perfecta para viejos PCs y portátiles.