Las distribuciones Linux y sobre todo los entornos de escritorio y gestores de ventanas han evolucionado en temas muy importantes para la usabilidad, y uno de los más visibles es el de los menús de inicio. Hace mucho que el paradigma clásico de menús desplegables no acaba de convencer, así que varias plataformas han apostado por otras aproximaciones al problema, y tanto GNOME como KDE dan buenas muestras de ello.
Eso no significa que la solución tradicional sea mala, y de hecho GNOME no ha variado su concepción de este componente desde su desarrollo original. Ha reorganizado algunos apartados, pero al final nos seguimos encontrando con la misma base: menús desplegables que pueden ser algo engorrosos si tenemos muchos elementos en ellos. ¿Qué otras ocpiones tenemos?
Pues a ese menú tradicional del entorno de escritorio GNOME se unen otras propuestas que tratan de facilitar a los usuarios el acceso a aplicaciones, documentos y utilidades de gestión del sistema, y no parece que haya una solución única al problema. Los menús que he podido probar -si me falta alguno, por favor, indicádmelo en los comentarios- son los siguientes:
1. GNOME tradicional
El menú de inicio que llega en la mayoría de las distribuciones basadas en GNOME es el clásico menú desplegable del que estábamos hablando. Encontramos tres grandes grupos de elementos (Aplicaciones, Lugares, Sistema) donde se agrupan todo tipo de componentes, y desde las cuales podremos acceder a todos esos elementos.
Ventajas: paradigma muy conocido, curva de aprendizaje nula.
Desventajas: no hay búsqueda integrada ni accesos rápidos a aplicaciones o documentos frecuentes. Poco adecuado si el usuario tiene muchas aplicaciones instaladas.
2. Slab
Esta es probablemente una de las propuestas más relevantes en el manejo de todos los elementos de nuestro sistema. El desarrollo de Slab (también conocido como GNOME Main Menu) corrió a cargo de los desarrolladores de openSUSE, y desde entonces su excelente comportamiento se ha trasladado a otras distribuciones que incluso lo usan por defecto.
Ventajas: Buena organización de aplicaciones y documentos, búsqueda de escritorio integrada, personalización de accesos rápidos a aplicaciones más frecuentemente usadas.
Desventajas: Número limitado de aplicaciones mostradas por defecto, paradigma distinto al tradicional que obliga al usuario a una nueva forma de trabajo.
3. Kickoff
El menú por defecto de KDE 4 es otro de los ejemplos claros de cómo han evolucionado estos componentes. En este caso la búsqueda está presente en todo momento, pero los distintos accesos a aplicaciones y documentos están organizados en pestañas. Sin embargo, el acceso a algunos elementos puede ser algo confuso.
Ventajas: Perfecta integración con el entorno de escritorio KDE 4, buena personalización, búsquedas de escritorio integradas.
Descentajas: curva de aprendizaje sensible para usuarios noveles, pocos accesos directos a algunas tareas directas importantes como las de apagado de la máquina (se agradecería accesos de reinicio o cierre de sesión adicionales).
4. Lancelot
El antiguo menú de KDE es en realidad la antesala del menú de inicio Kickoff actual, y aporta una interfaz similar pero en la que hay más accesos directos por cada grupo del menú (documentos, contactos, ordenador, aplicaciones). En realidad se trata de una mezcla de Kickoff y de los menús desplegables tradicionales.
Ventajas: Más opciones por cada apartado al primer golpe de vista.
Desventajas: Más confuso y engorroso que Kickoff.
5. GNOME 3
El famoso menú de actividades del que ya hemos hablado en alguna ocasión al tratar temas como GNOME 3 o GNOME Shell será el sustituto de los actuales menús de inicio de GNOME, y en él se aglutinarán todas las funciones de las que dispone el menú Slab, pero además ofrecerá una vista minimizada de los escritorios virtuales y las aplicaciones que se están ejecutando en cada uno de ellos.
Ventajas: acceso a más información, buena visibilidad de los elementos más frecuentemente accedidos por el usuario.
Desventajas: interfaz bastante distinta a lo conocido hasta ahora y que como en ocasiones anteriores obligará al usuario a un cierto esfuerzo de aprendizaje. Poca simplicidad.
Es evidente que los menús de inicio se han visto ensombrecidos por al menos dos componentes que están permitiendo mejorar la usabilidad y potencia de nuestros escritorios. Tanto los Docks (Avant Window Navigator, Docky, etc.) como los lanzadores (GNOME Do, KRunner, entre otros) han hecho que el menú de inicio no tenga tanta importancia. Pero sigue siendo un elemento crucial de la interfaz gráfico de usuario, así pues: ¿cuál te gusta más?