En esto de la tecnología es inevitable tener en cuenta que, como en todo lo demás, la imagen cuenta. Puede que tus productos sean muy buenos, pero si no los sabes vender probablemente tu éxito se vea muy comprometido. Es algo que hacen muy bien en algunas grandes empresas, pero que otras muchas hacen inexplicablemente mal.
La reflexión me viene tras ver ayer unas imágenes de Richard M. Stallman en las que se le veía entregando los premios de la Free Software Foundation. En la imagen aparece Stallman con John Gilmore, uno de los premiados, y tras ver la foto no pude evitar pensar que vaya telita la imagen que dan algunos de los representantes del mundo Linux.
Fuente: FSF.org
Ya he contado en alguna ocasión que no comparto la filosofía de Stallman -y no quiero iniciar un flame wars, que ese tema está muy gastado-, pero aunque no tenga necesariamente nada que ver con el mensaje, la verdad es que la imagen que da Stallman en sus conferencias no ayuda a que gane carisma.
Es algo que por ejemplo Apple cuida a la perfección: Steve Jobs es -a pesar de sus ideas y su fijación por controlar el ecosistema Apple- un verdadero genio empresarial, y no solo cuida sus productos: también mima al máximo sus mensajes, la forma en que los da y su propia apariencia, que todos conocemos y que sin duda sí que apoya a su carisma como uno de los líderes tecnológicos desde hace años.
En el otro extremo tenemos a Ballmer, CEO de Microsoft y que como ocurre en el caso de Stallman, no tiene una imagen que ayude a reforzar su carisma. De hecho, no solo falla la imagen, sino también la forma de dar el mensaje: todos hemos visto a Steve Ballmer hacer el payasete en el escenario, y eso ha dejado una impronta en el concepto que los usuarios -sean windowseros o no- tienen de este directivo, que debería tratar de cuidar mucho más este aspecto.
En el mundo Linux tenemos también un par de ejemplos que salvan la papeleta: el primero es Linus Torvalds, mucho más comedido en sus apariciones -aunque algunos de sus mensajes hayan sido también polémicos- y que al menos tiene esa imagen (en mi opinión) de líder «sereno». Pero creo que el que está ganando muchos puntos en este terreno es Mark Shuttleworth, quien a pesar de tener tanto admiradores como detractores está cuidando su mensaje, la forma en que lo da y sus apariciones para reforzar un carisma que de momento parece innegable.
Cuidado: no estoy hablando del mensaje o de si estáis a favor o no de lo que dicen estos líderes de diversas plataformas software, simplemente estoy hablando de su carisma como representantes de sus respectivas empresas u organizaciones. Unos tienen más carisma y otros menos, y yo creo que eso es un factor importante a la hora de aceptar ciertas soluciones.
Y vosotros, ¿creéis que la imagen y el carisma de estos líderes influye en la percepción que los usuarios tienen de los productos?