SCO ha perdido la última batalla en su particular guerra por tratar de reclamar la propiedad de la marca comercial y el copyright de UNIX SVRX, en un juicio que terminó ayer y que confirmó la sentencia previa: Novell gana. La historia comenzó hace siete años cuando SCO comenzó a demandar a diversas empresas por el uso teóricamente ilícito de código de Unix en el kernel Linux. SCO nunca pudo demostrar sus acusaciones, y aunque logró echar atrás una sentencia previa, esta sentencia es definitiva.
La nota de prensa de Novell es escueta pero clara: «Hoy, el jurado de la Corte del Distrito de Utah en el juicio de SCO Group y Novell ha emitido un veredicto. Novell está muy satisfecha con la decisión del jurado que confirma que el copyright de Unix pertenece a Novell, algo que SCO había pretendido poseer cuando atacó a Linux. Novell permanece comprometido con su promoción de Linux, incluyendo la defensa de Linux en el frente de la propiedad intelectual«.
Efectivamente, el jurado popular que tomó la decisión unánime ayer terminó por zanjar una cuestión que llevaba preocupando a la comunidad linuxera y Open Source desde 2003, cuando SCO comenzó a atacar a empresas como IBM o Novell por su supuesta utilización ilícita de código de Unix en el kernel Linux.El sitio web Groklaw, especializado en este tipo de temas de demandas legales en el mundo de las TIC, realizó un seguimiento al detalle del proceso.
Ya en 2007 el juez Dale A. Kimball emitió una sentencia a favor de Novell indicando que la marca registrada y los derechos de Unix pertenecían a Novell y no a SCO, algo que provocó la caída en picado de las acciones de SCO, que logró salvarse de la desaparición del mapa mediante una serie de medidas para declararse en bancarrota técnica.
Finalmente SCO logró apelar y revocar la decisión del juez Kimball el año pasado, y este juicio era la oportunidad final de determinar quién se quedaba con el copyright de Unix, que finalmente y tal y como indica la sentencia es propiedad de Novell. SCO tendrá ahora muy complicado poder seguir en el mercado, ya que lleva años sin actividad empresarial o económica real.
Parece que pronto podremos decir adiós definitivamente a una empresa que no ha hecho más que tratar de perjudicar a Linux y a la comunidad Open Source y las empresas que defienden ese modelo.