Un interesante artículo de opinión revela una realidad que muchos programadores están viviendo en los últimos años: Linux, el sistema operativo que era para muchos un excelente proyecto en el que participar, ha perdido interés. Los jóvenes desarrolladores ven a Linux como un proyecto mastodóntico que está desarrollado por programadores contratados por empresas, y no atrae a las nuevas generaciones, que prefieren orientar sus pasos a otras plataformas más llamativas como el iPhone de Apple.
Las conferencias que se han celebrado en el Linux Foundation Collaboration Summit en San Francisco hace unos días sirvieron para ofrecer una perspectiva muy interesante del presente y futuro del sistema operativo, pero también ofrecieron otra realidad: los principales responsables del núcleo y del resto de componentes del sistema se están haciendo mayores.
Greg Kroah-Hartman, responsable de uno de los subsistemas del núcleo, señaló que «los relevos en los niveles más altos no están sucediendo. Seguimos todos donde estábamos«. Otro de los gurús de Linux, Andre Morton, también lo admitía: «Sí, nos estamos haciendo mayores, y algunos comenzamos a estar algo cansados. No veo a la gente saltar de entusiasmo a la hora de trabajar en estos temas tal y como se veía antes«.
Efectivamente, el estado y madurez de Linux ha hecho que colaborar en el proyecto no sea visto ya como algo interesante por parte de las nuevas generaciones de programadores.
Como indica un usuario en una interesante opinión en su blog, Linux se ha vuelto demasiado grande, y «uno de los proyectos Open Source existentes más aburridos«, y lo mismo ocurre con GNOME y KDE, los entornos de escritorio que también están muy asentados y cuyos principales desarrolladores siguen haciendo lo mismo que hace prácticamente 10 años, cuando dichos proyectos sí atraían a un montón de jóvenes programadores.
Esos jóvenes programadores no se sienten ya tan entusiasmados en colaborar con mejoras al núcleo y a otros componentes del sistema, y prefieren en lugar de eso participar en otros proyectos Open Source más atractivos y «emocionantes». De hecho, otros muchos prefieren ir a nuevos campos como el desarrollo para iPhone y otras plataformas móviles, donde además pueden llegar a tener recompensa económica si ponen precio a su creaciones.
«Una de las razones que ha ofrecido el Open Source en los últimos 10 años«, comentaba ese usuario «es que funciona bien para proyectos pequeños. Es mucho más interesante trabajar en grupos de 1-5 personas y tener un papel principal en el desarrollo de software que ayude a la gente que no ser el tipo que envía el controlador de la webcam con número 104.727«. Y no le falta parte de razón.