Interesantísimo el vídeo que me he encontrado en The Linuxologist y en el que en una fantástica presentación animada de cerca de 11 minutos se estudia cómo funciona el ser humano en cuanto al trabajo y en cuanto a los incentivos que se intentan aplicar a dicho trabajo.
El vídeo está en inglés, eso sí, pero vale la pena que si podéis le dediquéis ese rato, porque las conclusiones son muy curiosas. En los trabajos puramente mecánicos, a mayor incentivo, mejor es el trabajo. El método tradicional de las empresas funciona.
Sin embargo, en trabajos creativos o «cognitivos», en los que toma parte la imaginación, el esfuerzo de crear algo o de perfeccionarlo, esa filosofía no funciona en absoluto. Los estudios científicos del M.I.T. lo demuestran, pero es que además hay ejemplos de que otros incentivos son mucho más interesantes en este apartado.
Y el ejemplo más claro lo tenemos en el Open Source, una filosofía que atrae a millones de personas y que hace que colaboren, creen y compartan. Eso les da autonomía, les permite seguir su propio camino, y crear algo beneficioso para la comunidad. Ese es el verdadero incentivo. Y el que funciona mejor en esos casos.
Imprescindible.