A pocos días de su lanzamiento y con unas expectativas tan interesantes como las que traía consigo Fedora 14, me he decidido a echarle un vistazo VirtualBox mediante. Y, aún con peros, la experiencia ha sido grata. ¿Qué nos ofrece Fedora 14 ‘Laughlin’?
Antes de comenzar, tengo que avisaros que esto no es un análisis ni una guía de ayuda, son mis primeras impresiones, por lo que el pronombre personal debería decíroslo todo. Aún así intentaré ser objetivo y sacar lo mejor que encuentre. Un análisis completo y detallado está siendo preparado y lo veréis publicado en los próximos días, así que estad atentos. Mientras tanto, voy con lo mío…
Para instalar Fedora 14 podemos elegir entre descargar un completo DVD o los Live CD, según el entorno que queramos usar (recomendable hacerlo siempre por torrent, rapidísimo y echando una mano de paso). En este último caso, no es posible la instalación directa y hay que hacerla desde el escritorio de turno. De cualquier modo, el proceso es siempre el mismo excepto en el DVD, donde tenemos más opciones, como añadir repositorios extras o elegir el tipo de software que se instalará (dependiendo de si queremos un servidor, una estación de desarrollo, etc).
Me sigue sin gustar el instalador Anaconda, lo recordaba tosco y no ha cambiado mucho, aún así es fiable y en unos 15 minutos tenemos el sistema listo. Las opciones son las habituales, pero como suele pasar dependiendo la distro que instales, cambian en un orden un poco confuso: primero seleccionamos la disposición del teclado, que no el idioma, por lo que hay que hacerlo todo en inglés excepto si usamos el DVD. Luego viene seleccionar el tipo de disco en el que vamos a efectuar la instalación (algo un poco confuso tal y como lo presentan), nombrar al equipo, zona y horario, contraseña de root y particionado, en este orden.
En este punto y como «nota parte», quiero reivindicar el instalador de Ubuntu, pero especialmente el de Kubuntu, como lo más sencillo y estéticamente adaptado al escritorio final de cuantas distribuciones Linux hay hoy en día (no, no las he probado todas). ¿Deberían haber métodos alternativos para usuarios más avanzados? Sin ninguna duda (y así me gusta a mí personalmente), pero no por defecto.
Otra cosa que no me gusta mucho es la traducción al español de Fedora. Cosas como «achicar el disco duro» en España no suenan nada bien (con todos mis respetos a los amigos americanos, pero para algo hay traducciones en español de España, Argentina, etc).
Después de un reinicio aún quedan unos pasos antes de terminar: «gracias por instalar Fedora», licencia, creación del usuario (nombre, contraseña, etc), de nuevo fecha y hora, perfil de hardware (con la posibilidad de enviarlo para estadísticas) y tras una pantalla de inicio totalmente adaptada al estilo final (¡bravo!), ya tenemos ante nosotros el escritorio que hayamos elegido… todavía en inglés.
¿Qué nos encontramos en el escritorio de Fedora? Sólo he probado las ediciones GNOME y KDE SC, por lo que sólo puedo comentar sobre ellas.
El escritorio GNOME (2.3.2) es lo más típico que se puede encontrar, tanto a simple vista como en selección de software, desde el tema visual, Clearlooks típico a más no poder, a los programas que uno se puede imaginar: OpenOffice.org, Shotwell, Rhythmbox… Lo de siempre, pero me alegra observar una ausencia total de Mono.
En cuanto al tema visual, si Fedora quiere destacar un poco en este aspecto tan crucial (hablamos de branding), más les vale ofrecer algo bueno y original, como hace Ubu… no, que siempre hacemos la misma comparación (y en este caso sólo sería aplicable desde la 10.04, porque antes…). Mejor, que hagan como Trisquel, que da gusto verla.
La selección de software por defecto es especialmente interesante -aunque tal vez otro adjetivo sería más acertado- en la edición KDE (4.5.2), donde encontramos a KOfficce sustituyendo a OpenOffice.org, Juk a Amarok y Konqueror como navegador web (con el complemento WebKit instalado, pero usando de manera predetermiando KHTML).
Para terminar con el software, Fedora, al igual que Mandriva u openSUSE, cuenta con diversas herramientas para la administración del sistema, las propias de GNOME o KDE, pero también algunas heredadas directamente desde su hermana mayor Red Hat, para la configuración del cortafuegos, SELinux, reporte de bugs, etc (eso sí, nada de centros de control; desparrame al estilo GNOME -y todo GTK+-). De cualquier forma, son sólo detalles, no es mucha tarea cambiar los programas que se quieran, como en cualquier otra distribución GNU/Linux.
Finiquitando el asunto, ¿rendimiento, estabilidad, «sensaciones»? Todo muy bien, se nota que nos encontramos antes un producto cuidado y sólido. Especialmente me ha sorprendido la rapidez en la gestión de paquetes, lo más rápido que he visto nunca en lo que a RPM se refiere, y con el valor añadido de estar en los primerísimos días previos a su lanzamiento, cuando los servidores suelen estar más saturados (casi me hace volver a creer en RPM -y os lo dice un usuario de openSUSE-).
Y hasta aquí he llegado :)
Supongo que no hace falta que os diga que este «vistazo» totalmente subjetivo no es más que eso, ya que apenas he acariciado las superficie de todas las características de sistema que Fedora pone al alcance de sus usuarios, muchas y muy completas. Y es que un sistema sólo se conoce cuando se usa a fondo (lo cual tampoco voy a hacer). Pero mi primera impresión ha sido bastante buena y eso cuenta, ¿no?
En definitiva, y a pesar de los peros que le haya podido sacar, Fedora 14 nos ofrece un sistema operativo a la altura de las circunstancias, bastante cuidado en casi todos los aspectos. Desde luego, lo recomendaría sin ningún rubor, incluso la edición KDE.
¿Queréis más? Dentro de nada, el análisis ;)