La compañía Adafruit Industries ofreció la semana pasada una recompensa de 1.000 dólares a la primera persona o grupo que desarrollara unos drivers open source para Kinect, el nuevo sistema de control de Microsoft para Xbox 360 que funciona reconociendo el movimiento de los usuarios sin mando alguno.
Llegó a oídos de Microsoft tal hecho y mostró su insatisfacción por ello. ¿Qué hizo Adafruit Industries? Doblar la recompensa, 2.000 dólares. Esto ha provocado que Microsoft se vuelva furiosa y ha comentado a través de uno de sus portavoces:
«Microsoft no condona la modificación de sus productos.»
Parece estar clara la mentalidad de los de Redmond pero la gama de posibilidades que abriría un driver open-source sería realmente grande. Desde el ambiente industrial y profesional llegando hasta hasta el personal.