La décima versión de Linux Mint ya está entre nosotros, y es una distro particularmente interesante ya que más allá de basarse en el trabajo de Canonical, añadir características (muchas casi imprescindibles a día de hoy) y pulir diversos aspectos de su distro madre, ahora ha comenzado a definir su propio camino, sí, Mint emprenderá su propia travesía a la par de Ubuntu.
Y es que Linux Mint se alejará de los revolucionarios conceptos de escritorios de que plantean Unity y GNOME Shell en poco tiempo más, y ofrece convertirse en «la alternativa tradicional« que muchos ya están recibiendo con los brazos abiertos.
Sin duda, Mint se podrá hacer un gran camino entre el público y es por ello que aprovecho de hacer este modesto análisis, que lejos de ser técnicamente exhaustivo, pretende servir de ayuda y guía informativa sobre una de las más pulidas distros para usuarios finales de los últimos tiempos.
El arranque y primeras impresiones
Lo primero que podemos destacar es su cuidada apariencia, aspecto que se preocupan por mantener desde el mismísimo menú de arranque tipo GRUB, y que continúa con un Plymouth bastante elegante, en caso de que seleccionemos la primera opción, que es la recomendable en la mayoría de los casos.
Una vez en el escritorio podremos notar el tono gris que adoptó la versión 10 de Mint en esta ocasión, distinto al fuerte verde característico de versiones anteriores. También podremos notar parte del nuevo tema metalizado que viene con esta edición y sus iconos, detalles que analizaremos más adelante.
Otro punto a destacar es la forma en que Mint ordena los elementos del escritorio, como lo viene haciendo «desde siempre», su escritorio es distinto al de GNOME clásico y mucho más cercano al diseño de Windows y aunque estoy mas acostumbrado al primero, el planteamiento de Mint no deja de ser bueno para usuarios que vienen de Windows, acostumbrado a esa distribución de elementos en la pantalla.
Pasando al tema de la instalación, notaremos que es idéntica a la de Ubuntu Maverick Meerkat, mismos pasos, mismas opciones de particionado, con llenado de datos durante el copiado de archivos, etc. en resumen nada distinto a lo visto hasta ahora en la suricata, por lo que puedes encontrar las instrucciones de instalación en cualquier guía o manual de instalación de Ubuntu 10.10 que pululan por la red.
Las diapositivas de Ubiquity son las que muestran las mayores diferencias hasta este punto y por razones obvias, la filosofía, las aplicaciones y los complementos que utiliza Linux Mint son diferentes y todo este contenido está renovado y adaptado a la distro como era de esperar.
Una vez finalizada la instalación y reiniciado el sistema, podremos ver otro buen detalle, una ventana de bienvenida con accesos directos a los distintos recursos informativos con que cuenta Linux Mint en la red, más el ofrecimiento de actualizar a la versión DVD automáticamente. Como buena distro «end user» Mint no da nada por sabido.
Aspectos Visuales
El tema GTK predefinido es Mint-X-Metal y como su nombre lo indica se trata un tema metalizado con toques verdosos, pero que resulta ser bastante sobrio y muy elegante ya que además entona perfectamente con los iconos monocromáticos de las barras de herramientas de las distintas aplicaciones GNOME. Aunque para muchos no deje de notarse un tono bastante maquero en todo esto.
El Tema de iconos está bastante bien, un estilo Faenza que viene «pegando» desde hace un buen tiempo es incluido por defecto en la distro, al mismo tiempo que se respeta el estilo monocromático de Ubuntu en el panel y como mencionaba, en las barras de herramientas. En conjunto, el tema recibe el nombre de Mint-X.
En cuanto al resto de los temas, iconos y fondo de pantalla incluidos «de fabrica» no hay mucho que decir, se incluye lo básico, tanto en imágenes como en temas, aunque si uno busca por ahí puede encontrar un tema Aurora que también es bastante bueno y tal vez una imagen mas viva de fondo, pero vamos…
En esencia Linux Mint mantiene el toque fresco, elegante y minimalista, ya característico de esta distro, pero que sin duda esta vez se enfocó en la elegancia como primer valor, con un sobrio y suave tema GTK, que quizá solo sea necesario contrastar un poco más en la paleta de colores, pero que al margen de eso cumple a la perfección tanto en diseño, como en espacio y velocidad.
Características que hacen la diferencia
Lógicamente hay características que lo hacen distinto a su origen Ubuntero, las eternamente destacadas son: inclusión de codecs de audio y video, complementos por defecto como Flash y Java, herramientas y utilidades de configuración adicionales, el mencionado aspecto visual y un set distinto de aplicaciones, cosa que destacaremos luego.
De todo esto algo que en especial me llama la atención son las aplicaciones especialmente creadas y adaptadas por ellos como el Gestor de Software, un Gestor de Aplicaciones que incluye una clasificación por importancia, la Herramienta de copias de seguridad de Mint, y la de Configuración de Escritorio.
También es destacable la inclusión de ciertas aplicaciones de configuración por defecto, como el Administrador de Opciones de Compiz y el Configurador simple de Compiz, también el firewall Gufw, Hardinfo, APTonCD y herramientas para controlar Pulse audio entre otras.
Y por ultimo, como mencionábamos al comienzo, la forma en que se distribuyen los elementos en el escritorio, con un solo panel inferior y unos pocos applets, de los cuales destaca el sello distintivo de Linux Mint, el Mint Menu, un menú inteligente, con opciones de búsqueda en tiempo real y accesos rápidos a lugares, aplicaciones y herramientas, e incluso al centro de control, sin duda un menú muy practico, pero que aun contiene algunos bordes filosos.
Set de aplicaciones «por defecto»
Otro aspecto diferenciador. Como sabemos, en Linux finalmente podemos añadir o quitar los programas que queramos, sin embargo no deja de ser molesto y en algunos casos hasta difícil de hacer limpiamente. Pensando en ello, Mint suma votos populares a su selección de aplicaciones:
Comenzando por quienes son comunes a ambas distribuciones: Firefox como navegador por defecto, Gwibber como cliente de redes sociales, la suite de OpenOffice completa, Rhythmbox y Totem a cargo de la reproducción multimedia, Simple Scan, el cliente de BitTorrent Transmision y Brasero como grabador de discos.
También se añaden a esta selección Gnome Player, el «desaparecido» GIMP, el cliente de IRC Xchat, la herramienta de configuración de acciones de Nautilus y Giver para compartir archivos.
Mientras que los reemplazos se producen en el cliente de correo, en este caso Thunderbird en lugar de Evolution y en el cliente de mensajería instantánea, donde Pidgin reemplaza a Empathy.
Por otra parte Mint se precia de tener uno de los mayores catálogos de software disponibles y viniendo de Ubuntu y a su vez de Debian no es extraño, en realidad está lo suficientemente nutrido de aplicaciones como para hacer frente a muchísimas tareas y actividades, mucho mas allá de la selección estándar de aplicaciones que viene en la distribución.
En resumen, Mint posee «de fábrica» un set bien balanceado, que cumple con lo esencial (hay que pensar que son menos de 700 Mb) y que con el añadido de codecs, Flash y Java adquiere una gran autonomía. Se agradece la inclusión de GIMP y quizás también la salida de Evolution, la cual eso sí, deja un vacío en el aspecto de calendario, o al menos eso hasta la RC. También se puede notar la ausencia de un gestor de fotos, aunque para como está ese tema de candente, creo que lo mejor es dejarlo así.
«Ubuntizando» a Mint
A estas alturas podría parecer descabellado «regresar a Ubuntu», luego de ver los valores que presenta Mint, sin embargo hay algunos aspectos que considero necesario conocer sobre Mint y Ubuntu, en especial si piensas reemplazar a Ubuntu por Mint en algún momento.
Ubuntu One, si bien no esta incluido por defecto, con una simple búsqueda de «ubuntu one» en el gestor de paquetes Synaptics puedes encontrar lo necesario para tener el configurador de la cuenta, el cliente e incluso la tienda de musica de Ubuntu en tu reproductor, ya sea Rhythmbox o Banshee. Es un punto que se puede cubrir completamente.
Ubuntu Tweak, también es compatible con Mint, ya sea que te guste realizar pequeños hacks al sistema, añadir repositorios a golpe de click o simplemente realizar limpiezas, puedes contar con Ubuntu Tweak en Linux Mint. Sólo noté que habían pocos repositorios disponibles para agregar, aunque no se realmente si se deberá a Mint o la versión de Tweak, al menos ahí está.
Además Mint es compatible con el sistema de PPAs de Ubuntu (lógico con lo de Tweak) y con el tradicional «sudo add-apt-repository», como prueba instale desde repositorios ‘nautilus-elementary’ y ‘dockbarx’ y todo fue de lujo. Lo veo como una buena característica heredada de Ubuntu que le da a la distro el «plus» de tener un fácil acceso a múltiples desarrollos, en especial a los mas recientes y populares.
Por ultimo, si la interfaz «mono-panelítica» todavía no te convence, puedes añadir un panel adicional, colocarlo en la parte superior, agregar la barra de menús, las miniaplicaciones de indicadores e indicadores de sesión, mover el área de notificación al lado de arriba, quitar el menú de Mint y tendrás un escritorio Ubuntu o un GNOME tradicional sin mayores problemas.
Cosas que me faltan por ver
Bueno, tampoco es que tenga demasiado tiempo (en realidad muy poco) por ello todas estas pruebas las he hecho gracias a «los poderes de la virtualización», sin embargo este poder es limitado y no me ha permitido comprobar ciertos detallitos, como el funcionamiento de Plymouth con tarjetas nVidia, la esperada solución a los problemas de red inalámbrica que sufrió Maverick con algunas tarjetas y el funcionamiento de clutterflow en Nautilus Elementary.
Por supuesto, en estas escasas pruebas tampoco es posible medir con mayor detenimiento la estabilidad del sistema o el rendimiento del S.O. pero ambos aspectos hasta ahora van bien.
Finalmente…
Es una gran distro para usuarios finales (suena a «es un buen vehículo de ciudad»), la integración de codecs, Java, Flash, la incorporación de algunos programas por defecto y hasta el mensaje de bienvenida añaden valor a la experiencia de usuario, a la vez que proporciona una interfaz que resulta ser sencilla y especialmente familiar para quienes vienen desde Windows.
Mención aparte merecen las herramientas «made in Mint», que hacen crecer aun más todavía las capacidades de configuración y las opciones de personalización de un escritorio GNOME, además de ofrecer utilidades que dan un mayor control sobre la integridad de nuestro sistema y archivos tales como: Gufw, APTonCD y la herramienta de copias de seguridad de Linux Mint.
Para finalizar, nada mas que felicitar a quienes hacen posible esta distribución, han hecho un gran trabajo y ahora les espera uno mas grande aun, realmente están tomando un camino interesante y lo mejor es que están ofreciendo una de las cosas mas importantes: la capacidad de elegir (y no solo entre Unity y GNOME Shell ;-)).
Bueno, eso con mi breve recorrido y mi aventurado análisis, seguramente muchos de ustedes ya están probando o incluso utilizando esta distro ¿que les ha parecido esta nueva versión?
Editado (13/11/2010): Efectivamente, tal como señala Martin, Linux Mint basada en Debian (LMDE) es una distro independiente al desarrollo principal analizado en este articulo, el cual por el momento sigue con planes de estar basado en Ubuntu, ¡gracias a nuestros lectores por sus aclaraciones!, segundo párrafo editado ;-)