Hablando de Linux y de los diferentes sistemas operativos basados en éste, es evidente la imposibilidad de controlar un horizonte con tantos puntos como voluntades puedan surgir. Unos pocos de esos puntos brillan con la fuerza de una estrella y son base crucial de este universo tecnológico, otros, sin tanto poder, refulgen a su ritmo, pues su luz no va dirigida a todos; mientras, la mayoría apenas parpadean, en un intento por ser vistos.
Ese es el estado en el que encontramos -al menos, esa es la sensación- a Pardus, una distribución plagada de claroscuros que no obstante aspira a la primera línea con voluntad y hechos. ¿Serán suficientes sus méritos?
Introducción y características principales
El 20 de enero se publicó Pardus 2011, la nueva versión de esta distribución GNU/Linux de origen turco que poco a poco va haciendo camino en un intento por alcanzar la primera división en lo que sistemas operativos de escritorio basados en Linux se refiere. Entre otras cosas, Pardus 2011 destaca por una más que buena detección de hardware, un conjunto de herramientas propias realmente interesante o por por ofrecer -o intentarlo- una integración única con KDE SC, su escritorio predeterminado.
Además de lo dicho, Pardus 2011 despunta con la inclusión de Plymouth para un arranque de sistema más rápido y con mejor calidad, el núcleo Linux 2.6.37, la última versión estable del kernel que entre otras cosas presenta mejoras en el soporte de hardware, especialmente con las tarjetas inalámbricas Broadcom, o el instalador de la distribución, que detectará nuestra tarjeta gráfica e instalará directamente los controladores propietarios de NVIDIA y ATI (seguiremos pudiendo elegir sus variantes libres).
¿Qué más podemos esperar de Pardus 2011? Vamos a verlo con detalle, desde el principio.
Medios de instalación
Pardus 2011 dispone de un único medio de instalación y otro de prueba en formato DVD ambos, eso sí, con versiones para arquitecturas x86 y x86_64. Podéis descargar Pardus 2011 a través de los siguientes enlaces:
- Pardus 2011 64-bit (Live DVD)
En este punto encontramos el primer error a la forma de hacer las cosas en esta distribución: el Live DVD no permite la instalación, ni siquiera de aplicaciones al carecer de gestor de paquetes (suponemos que mediante consola se podrá, pero como primera impresión no es buena). Se podría justificar esta decisión incluyendo un Live CD y un DVD instalable como hacen otras distribuciones, más cuando las imágenes disponibles pesan poco más de 1 GB cada una; incluso en el caso actual, lo razonable es pensar que cabría todo de sobra en un único disco.
Instalación
En la instalación de Pardus 2011 nos encontramos con una de cal y otra de arena. Afortunadamente lo positivo supera a lo negativo, y es que los desarrolladores de esta distro han puesto muchos esfuerzos en que todo el proceso sea sencillo y agradable. De hecho, lo que más llama la atención a primera vista es el aspecto impecable y totalmente profesional del instalador, YALI, con soporte para LVM y RAID, pudiendo ejercerlo desde el segundo uno en perfecto español… ¿Dije perfecto? Todo lo contrario. Los fallos de escritura y traducción son numerosos a lo largo de todo el procedimiento y más achacables a las prisas que a las típicas faltas de ortografía (no pasa inadvertido). Lo peor de todo es que errores tan básicos como éste hacen que ese ambiente profesional pierda credibilidad.
Otro punto oscuro de la instalación son los más de 40 minutos que tarda en completarse. Refiriéndonos a distribuciones GNU/Linux, es de lo más lento que se puede encontrar, aunque hay que tener en cuenta que viene con un considerable conjunto de software preinstalado.
Quitando lo dicho, el instalador de Pardus -desarrollo propio de esta distribución- es precioso en la estética -con colores oscuros y basado en los iconos Oxygen- y preciso en la práctica. Se comienza, en este orden, con la selección de idioma, aceptación de los términos de licencia (GPL, por supuesto), posibilidad de comprobar los paquetes de instalación, disposición de teclado, fecha, hora y zona horaria, particionado y configuración del GRUB. En este punto comienza la instalación del sistema, a lo largo de la cual se va presentando a Pardus 2011 mediante varias diapositivas, para terminar con un reinicio y completar todo el proceso con la configuración de usuario y la contraseña de administrador.
Ya está. Ya hemos instalado Pardus 2011.
Asistente de configuración
Una de las particularidades de Pardus es Kaptan, una suerte de asistente de configuración que se nos presentará la primera vez que iniciemos sesión. Este bigotudo capitán de barco nos permite, entre otras cosas, configurar el comportamiento del ratón (para zurdos o diestros; una pulsación o dos para abrir elementos), elegir el tema visual y los iconos de escritorio (Pardus incluye tema propio de iconos, Milky, aunque sabiamente deje esa labor por defecto en manos de Oxygen), tipo de menú (Kickoff, clásico o Lancelot), establecer la imagen de usuario (se puede usar la cámara web para hacerse una foto) o activar el indicador de actualizaciones -y configurar su frecuencia- en la barra de tareas.
Si bien la idea del asistente me parece muy acertada, especialmente para usuarios noveles, encuentro algunos fallos en su puesta en práctica, como no poder previsualizar el aspecto del escritorio antes de aplicar la configuración definitiva o el hecho de no disponer de un icono de Kaptan para volver a ejecutarlo (hay que hacerlo con una orden, o bien con el diálogo Alt+F2 o mediante la línea de comandos). Por otro lado, cualquiera que conozca mínimamente KDE SC puede ejercer todas las configuraciones dispuestas por Kaptan desde el mismo centro de control del escritorio o mediante sus módulos, de forma autónoma y mucho más completa.
Aún así, un voto de confianza para Kaptan: el planteamiento es bueno, solo hace falta mejorarlo.
Escritorio y aplicaciones
Llegamos a lo bueno, ya que Pardus 2011 viene con KDE SC 4.5.5, en estos momentos la opción ideal. Y esta afirmación requiere de una sencilla explicación: aunque con cada nueva versión del escritorio se van solucionando fallos y puliendo el conjunto, las primeras versiones mayores (4.x) suelen traer novedosas características que en ocasiones presentan nuevos errores, los cuales se van puliendo con las siguientes versiones menores (4.x.x), y ésto incluye también a las traducciones.
Por ejemplo, Kubuntu 10.10, lanzada el octubre pasado, vino con KDE SC 4.5.1, mientras que openSUSE 11.4, prevista para mediados de marzo vendrá con KDE 4.6.0. En términos de estabilidad, ni uno ni otro ejemplos son los idóneos, que no malas elecciones, ojo (KDE SC es un entorno completo y confiable desde hace varias versiones). En este aspecto, Pardus 2011 se asegura ofreciendo lo mejor.
La selección de software preinstalado tiene más miga, interesante y desconcertante al mismo tiempo. Para ser una distro pro-KDE le falta un poco de valor. Y de nuevo esta afirmación requiere ser explicada: Kubuntu 10.10 se arriesgó a traer como navegador web predeterminado a rekonq, Fedora 14 hizo lo mismo con KOffice como suite de oficina.
Por su parte, Pardus 2011 viene con Firefox y LibreOffice como opciones por defecto para la navegación web y las tareas ofimáticas respectivamente. Es fácil de justificar: Firefox es un navegador superior a cuantos hay en Qt y LibreOffice es la apuesta estrella de la mayoría de distribuciones; son valores seguros, estables… Pero el primero viene en su versión beta 9 y el segundo en una de tantas RC (aunque prometen actualizarse a su versión final cuando llegue el momento). A su vez, cambian otro valor seguro como Amarok por Clementine…
En cuestiones de software no hay mucho más que contar: los principales flancos están bien cubiertos con lo que ofrece el mismo escritorio KDE, completando el conjunto con algunas aplicaciones GTK+ como GIMP, los citados LibreOffice o Firefox, o MPlayer en el apartado multimedia (está SMPlayer, pero también GNOME Mplayer, requisito imprescindible como parte de los plugins en Firefox).
Respecto al software privativo, Pardus 2011 es bastante permisivo y con el sistema recién instalado ya nos encontramos con Flash Player o códecs de audio y vídeo, al estilo de Linux Mint u otras.
Terminando con este apartado, otro fallo inverosímil -una vez más, tratándose de una distro pro-KDE- es el de la integración de las aplicaciones GTK+ con el escritorio, que se muestran casi perfectas en lo estético gracias al temaOxygen-GTK, pero que no respetan los diálogos de guardado propios de KDE. De nuevo nos toca remitir a Kubuntu y openSUSE como ejemplo a seguir.
Herramientas de sistema y gestión de software
Pardus 2011 se apoya con confianza en las herramientas de administración que provee KDE, dejando las Preferencias del sistema como centro neurálgico desde donde acceder también a desarrollos propios de la distribución como el Administrador de Cortafuegos (del que carece KDE) o el Administrador de Usuarios (en lugar de KUser), ambos con una interfaz sencilla, traducida y en total concordancia con el resto de herramientas del escritorio.
En la categoría de Sistema del menú de inicio encontraremos más herramientas estándar, como visores de registros y monitores de sistema, así como la principal, la Terminal. Pero una resalta por encima de las demás, y no es otra que el gestor de software de Pardus, PiSI (Packages Installed Successfully as Intended), otro desarrollo de la casa.
Con Pisi podemos instalar o desinstalar paquetes, actualizar el sistema o administrar los repositorios, bien desde la línea de comandos, mejor desde su interfaz visual, muy del estilo de KPackageKit, bastante completa y muy rápida en su ejecución.
En cuando a los repositorios y disponibilidad de paquetes, tal vez sea éste un de los puntos -flacos- a tener en cuenta con Pardus 2011, que deja todo lo «extra» a las comunidades y usuarios de la distribución, disponiendo tan solo de un único repositorio oficial con unos 3500 paquetes, que de nuevo palidecería en una comparación con las principales distros.
Soporte y comunidad
La comunidad Pardus tiene su sitio en la misma web del proyecto, donde podemos encontrar soporte gracias a su Wiki, en turco o inglés, o a sus foros internacionales., donde además del inglés encontraremos pequeños huecos donde caben otras lenguas, también el español.
Pero como decíamos al principio de este artículo, Pardus comienza a extenderse lentamente y con él sus comunidades nacionales a lo largo y ancho del mundo. En el caso hispano, que es el que interesará a la mayoría de lectores de este blog, está disponibles desde no hace mucho Pardus Life, un blog donde poder estar al tanto de todo lo que se cuece alrededor de esta distribución, y unos foros donde poder acudir en caso de necesidad o como punto de encuentro para sus usuarios.
Conclusión
De las 300 y pico distribuciones Linux que hay en activo actualmente, Pardus representa un intento loable por sobresalir de la media, con el escritorio KDE SC como bandera y desarrollos propios más que interesantes. Y lo hace bien. Se nota el mimo de sus creadores para con los detalles, pero con una intención muy clara de destacar en el conjunto y ofrecer una solución potente y atractiva.
Os habréis fijado que no hemos hecho referencia a factores tan esenciales como la estabilidad y rendimiento del sistema, pero es que con un buen equipo detrás, y Pardus se nota que lo tiene, casi cualquier distribución GNU/Linux es de fiar en esos términos. Por ello mismo, las sensaciones a ese respecto han sido tan satisfactorias como cabría esperar.
A pesar de todo, aún queda tiempo para que Pardus alcance su objetivo. Precisamente ateniéndonos a los detalles, Pardus necesita pulir su trabajo mucho más, ganar fuerza en comunidad y desarrolladores y ésto sólo lo logrará expandiéndose como pueda. Porque el fondo ya lo tienen hecho: el concepto es bueno y las herramientas también, pero es necesario más esfuerzo.
Por supuesto, Pardus es Linux, y Linux es Linux (valga la redundancia) y puedes hacer con él prácticamente lo que te dé la gana… si sabes.