El debate no es nuevo: hace tiempo que se viene hablando de la conveniencia de utilizar DVDs en lugar de CDs para las imágenes de Ubuntu. La distribución de Canonical no ha variado su decisión original desde que se lanzó Ubuntu 4.10 Warty Warthog, pero la evolución del mercado del software Open Source ha vuelto a poner en tela de juicio ese apartado.
En la actualidad se están barajando varias ideas que podrían ser aplicadas en futuras ediciones de la distribución, y destacamos las más interesantes:
1. Pasar directamente al DVD
Pros: Nos podríamos olvidar de los problemas de espacio, y en Canonical tendrían la capacidad de incluir una gran cantidad de paquetes que los usuarios tendrían disponibles sin necesidad de conectarse.
Contras: No todo el mundo tiene acceso a una unidad regrabadora de DVDs o a llaves USB tan grandes como para crear LiveUSBs de 4,4 GB. Se perdería ese esfuerzo por minimizar recursos y por ser ágiles.
2. Pasar a un miniDVD
Pros: con imágenes ISO de aproximadamente 1 Gbyte se solucionarían buena parte de las limitaciones actuales, y las llaves USB con esa capacidad sí están mucho más accesibles.
Contras: hay gente que no puede arrancar desde USB correctamente, de nuevo se pierde algo de agilidad.
3. Ovidarnos de medios ópticos
Pros: ni CDs ni DVDs. Ofrecer imágenes ISO directamente dirigidas a llaves USB, lo que evitaría la necesidad de quemar discos compactos o DVDs cada cierto tiempo.
Contras: los mismos que si se generan imágenes de gran tamaño.
4. Ediciones en cada idioma y sin algunos componentes
Pros: Se ganaría mucho espacio al eliminar cosas como el paquete de iconos de GNOME, páginas de manual, algunas partes de LibreOffice que no son interesantes para mucha gente. Pero además se liberaría mucho espacio al crear versiones locales que evitarían la necesidad de incluir ficheros de idioma en el CD. Eso permitiría sustituir esas eliminaciones en el CD por cosas cada vez más útiles como Unity 2D, el toolkit Qt (necesario de Unity 2D), toolkits GNOME 3, y quizás incluir también GNOME 3 con su GNOME Shell.
Contras: Aparecerían literalmente decenas de ediciones locales, a no ser que hubiera tan solo un puñado de ediciones base (la versión en inglés sería probablemente considerada como la «universal») para luego instalar los idiomas a través del centro de software Ubuntu.
Estas son algunas de las propuestas que se están barajando en el debate, que podéis ir revisando en una página en formato PublicPad creado en la web oficial de Ubuntu. ¿Qué opináis?