Ayer se anunciaba la primera versión de prueba de Calligra, y ya avisé que seguiría presente el tema en MuyLinux pero no de forma… digamos práctica, eso vendrá más adelante, cuando llegue o esté a punto de llegar su primera versión estable, a la que muchos le tenemos ganas. El asunto a tratar hoy y el que trataremos en días venideros versa sobre otras cuestiones, técnicas, pero de apreciación personal. Y ¿qué quiere decir ésto?, os preguntaréis. Seguid leyendo.
De cualquier modo, antes de comenzar con el artículo en sí quiero dejar claro, cristalino, que a pesar del título, que simplemente me ha parecido conciso, lo que vais a leer a continuación no pretende crear ningún follón, no es una comparación al uso de dos soluciones diferentes. Es, primero una exposición de los hechos, luego una reflexión personal sobre lo que otros han escrito que os traslado a vosotros, a ver qué opináis.
La «historia» la comenzó Michael Meek, un desarrollador destacado de LibreOffice que publicó en su blog ‘LibreOffice is the future of Free Software Office suites‘, un extenso artículo cuyo título lo dice todo y de recomendable lectura para quien conocer los detalles. A grandes rasgos, su autor habla de las bondades de LibreOffice, que son muchas, a la vez que defiende la validez del título del artículo.
Por supuesto, Michael Meek solo contempla a un rival para LibreOffice: OpenOffice.org, por el que es difícil apostar un céntimo de euro en estos momentos. Pero, ¿a qué otra suite ofimática libre se podía referir, si no hay más? Es decir, haberlas haylas, pero ¿tienen alguna posibilidad de competir con LibreOffice/OpenOffice.org?
Expongámoslo de otra manera. Si alguien os pregunta por una suite ofimática gratuita de calidad (no vamos a entrar siquiera en si es libre o no), ¿cuál hubiese sido vuestra primera y tal vez única recomendación hace un año? ¿Y ahora? Hablamos de la mayoría, claro, y la mayoría hubiese respondido OpenOffice.org/LibreOffice.
Continuamos con esta «historia», que retoma Inge Wallin, desarrollador de KDE y Calligra, en un artículo titulado ‘Calligra is the Future of Free Software Office Suites‘ como respuesta al anterior. Visto así, pudiera parecer una llamada al enfrentamiento, como algunos pensaron y comentaron (le ha tocado añadir una introducción para advertir que no es tal), pero leyéndolo las cosas cambian.
Inge Wallin no ataca a Libreoffice, no lo desmerece, pero sí pone sobre la mesa algunas cuestiones técnicas y de «percepción» (como decía antes) que yo ampliaré un poco más todavía. Antes quiero instar a los interesados a leer ambos artículos, aunque sea con la traducción automática de Google (o la que sea), porque, como comprenderéis. no me voy a poner a transcribir los tochos, y ambos son de vital importancia para entender el asunto.
Tampoco puedo decir verdad o mentira ni con lo que escribe uno ni con lo que escribe el otro, no tengo nivel para encarar esas cuestiones técnicas, pero sí diré que nadie ha refutado en los comentarios a Inge Wallin. Nadie. Por lo menos con datos, con opiniones… Aunque hay que decir que muchos de los comentarios se perdieron debido al fallo monumental de Blogger la semana pasada (aunque yo estuve siguiendo las conversaciones y tampoco encontré nada reseñable).
A grandes rasgos, la exposición de Michael Meek se basaba en los siguientes puntos:
- LibreOffice es un proveedor neutral
- LibreOffice is robust to participants leaving
- Las distribuciones Linux son más seguras con LibreOffice
- LibreOffice tiene un mejor y diferente control de calidad
- La división es (tristemente) necesaria a veces
- The Document Foundation y ODF
- Transparencia con los contribuidores
Como hemos dicho, solo comparaba a LibreOffice con OpenOffice.org. Inge Wallin se refiere a ésto, así como a lo que no se dijo, por ejemplo que esa lista de bondades también es aplicable a Calligra (en el punto de The Document Foundation se incluye a la comunidad KDE, una de las más grandes del mundo), que tiene tres factores clave más a tener en cuenta:
- Flexibilidad
- Un código base limpio y bien mantenido
- Qt
Resumiendo estos últimos tres puntos (siempre en palabras de Inge Wallin):
Flexibilidad
Calligra es muy flexible. La mayoría de su código se puede compartir sin problemas entre aplicaciones, lo que facilita la expansibilidad y el mantenimiento del mismo, además de ser fácil de programar.
Un ejemplo que da es OOo4Kids, que se lleva desarrollando durante años, algo que se podría conseguir con el código de Calligra en dos o tres semanas.
Un código base limpio y bien mantenido
Inge Wallin da varios ejemplos en este punto, dirigidos a programadores, por lo que de cara al lector no ducho (me incluyo) solo citaré «No hay grandes porciones de código sin sentido que se dejaran para futuras referencias por no usar un control de versiones» (los otros son igual o más importantes).
Otro factor capital es el 1,1 de millones de líneas de código de Calligra contra las más de 5,5 millones de Libreoffice.
Siempre según Wallin, ésto se traduce en:
- Es más rápido ponerse al días con el código base
- Se puede hacer más con menos trabajo
- Menos pasos, menos obstáculos
Qt
Qt es la biblioteca libre más potente para construir interfaces gráficas, es multiplataforma (se integra visualmente en cualquier SO) y tiene un conjunto de herramientas de gran calidad. De hecho, son las dependencias de las bibliotecas de KDE las que imposibilitan que Calligra se ejecute, de momento, en Mac OS X… y muchos más detalles técnicos que pasaré por alto (ya os he dicho que deberíais haber leído los artículos enlazados para una mejor comprensión).
Concluyendo con su exposición Inge Willing reconoce la superioridad de LibreOffice en muchos aspectos, como su compatibilidad con los formatos cerrados de Microsoft u ODF, o su absoluto dominio de usuarios de escritorio y desarrolladores. Pero Calligra no solo está enfocada en el escritorio, tiene mucho camino hecho en los dispositivos móviles con el que LibreOffice, en un principio, ni puede ni podrá competir. Es ésta la razón, además de las ya dadas, por la que titula su artículo en la forma en que lo hace, concluyendo con (traducción/adaptación libre):
Calligra es el futuro de las suites ofimáticas libres, en el escritorio y fuera de él.
Muy bien. ¿Qué opino yo (ya que estoy voy a dar mi opinión, ¿no?, así amplío un poco el espectro)? Como muchos de vosotros, no estoy capacitado para entrar en cuestiones técnicas, pero también como muchos de vosotros, no soy tonto, y sé apreciar una aplicación con calidad y futuro.
Como digo, sin entrar en cuestiones técnicas, algo que no me gusta nada es eso del «todos a una» que parece reinar en algunos de los proyectos Open Source destacados, como LibreOffice (mejor ejemplo no hay, ya que es de lo que estamos hablando), algo que también debatíamos anteayer.
Si las palabras de Inge Wallin son ciertas, y como dije ayer en ningún momento creo que no lo sean, ¿qué pasaría si todo ese esfuerzo y soporte masivo para con LibreOffice se volcara, aunque fuese en una mínima parte, con Calligra? No digo despreciar a uno en favor del otro, solo otorgar el beneficio de la duda y compartir ese entusiasmo masivo del uno con el otro. También el dinero.
Sinceramente, estas situaciones me parecen injustas, y en ocasiones estúpidas. Hace poco veíamos cómo LibreOffice batía récord de suma y sigue, mientras que en Calligra buscaba desarrolladores. Si realmente Calligra es superior tecnológicamente, ¿por qué todas esas empresas e instituciones volcadas con LibreOffice no echan una mano en su desarrollo? ¡Solo una mano!
En fin, creo que me he extendido demasiado y es hora de cortar, aunque estoy seguro de que me dejo muchas cosas por decir. Solo una más: ojalá que LibreOffice triunfe de verdad, y con él Calligra. Ambos se lo merecen. Ambos.