El Nokia N9 ya está a la venta y con él llega el primer smartphone en mostrar las posibilidades de MeeGo por todo lo grande. La cuestión es que, aunque en un futuro haya más, y es algo discutible, esta es de momento la única posibilidad de disfrutar de un sistema operativo tan interesante como maltratado funcionando en un dispositivo de gama alta.
El Nokia N9 está compuesto por un procesador OMAP3630 de Texas Instruments a 1 GHz, en combinación con el chip gráfico PowerVR SGX530, 1 GB de memoria RAM, una pantalla AMOLED capacitiva táctil con un tamaño de 3,9 pulgadas y resolución nativa de 854 x 480 píxeles y una cámara de 8 megapíxeles con lente Carl Zeiss, todo envuelto en un chasis realizado en una sola pieza de policarbonato, con pantalla de vídrio ‘Corning Gorilla’.
Sobre ese potente hardware funciona MeeGo 1.2 ‘Harmattan’, presentado por una interfaz especial creada por Nokia denominada Swipe y con un aspecto a simple vista realmente espectacular, sin un solo botón en su parte frontal.
Por si ya se os está cayendo la baba, los interesados en este terminal deben saber que su precio de venta se baraja alrededor de unos 480 euros su versión básica con 16 GB de capacidad de almacenamiento interna y 560 euros una segunda con, atención, hasta 64 GB (precios sin impuestos y por terminal libre).
Si se os sigue cayendo la baba, sabed también que será muy difícil encontrar este terminal entre las operadoras tradicionales o en tiendas físicas, por lo que tocará buscarse la vida por Internet, y es que si su fabricante lanza algo por lo que hace mucho dejó de apostar, ¿quién va a hacerlo?
Si a pesar de todo se os sigue cayendo la baba, el Nokia N9 ofrece mucho más de lo que os acabamos de relatar, es por ello que un lugar muy recomendable al que acudir para conocer todos los pormenores de este smartphone único es el completo artículo publicado ayer por nuestros compañeros de MuyComputer. No tiene desperdicio.
Y si a nadie se le caía la baba, lo siento, a mí sí. Es posible que no sea el mejor smartphone disponible en estos momentos, pero para ser el primero -y tal vez único- de su clase… ¡Ay, Nokia… que penita que das!