El mundo de los emuladores abre una puerta a la exploración más allá del ordenador propio, sea volviendo en el tiempo o simular tener una consola de juegos que físicamente uno no posee y, tal vez, esa haya sido mi gran pérdida en la migración de Windows a GNU/Linux. Si bien nuestro sistema no cuenta con una gran biblioteca surtida y completamente funcional de emuladores, se pueden rescatar una cantidad interesante.
Un emulador es un programa que se encarga de reproducir las condiciones de una plataforma en particular dentro de otra que no necesariamente debe ser compatible. De esta manera, el usuario puede ejecutar programas que dentro de su sistema operativo y/o hardware no funcionarían. El ejemplo más conocido podría ser WINE (a pesar de no realizar emulación de CPU), como también existen emuladores de consolas de videojuegos, de ordenadores antiguos como el Commodore 64 o del propio ordenador.
Probablemente uno de los usos más extendidos es la emulación de consolas de videojuegos. Considerando que un emulador debería simular el comportamiento del hardware de la consola, mientras más antiguo y menos avanzado el objeto a emular, se logra mejor rendimiento. Por lo tanto, las últimas consolas siempre fueron las más complicadas de hacer funcionar bien, sea porque el emulador no era lo suficientemente maduro o por no cumplir con los requisitos mínimos. A continuación, enumeraré un par que ya he probado:
- VisualBoyAdvance: emula GameBoy Advance y anteriores. Es un port de la versión para Windows usando las librerías SDL. Personalmente experimenté problemas en el sonido.
- ZSnes/bsnes/Snes9x: emulan Super Nintendo y todos muy bien. Sin embargo, Snes9x es el que me ha funcionado mejor.
Además, se pueden nombrar también emuladores de viejos ordenadores como podría ser DOSBox para ejecutar juegos y aplicaciones de los tiempos del DOS, Commodore64, las Atari y más, incluyendo las máquinas de Arcade como XMAME o del motor de los juegos de aventuras de LucasArts con SCUMMVM. Como dije previamente, hay una cantidad interesante de emuladores, aunque existen varias desventajas: no todos poseen paquetes para todas las distribuciones, por lo que muchas veces sería necesario compilarlos o ejecutar el ejecutable que traen precompilado.
De esta manera, algunos emuladores requieren la lectura de la documentación (si es que existe, teniendo en cuenta que algunos han sido descontinuados y sus sitos oficiales cerrados). Y con todo y con eso, la nostalgia sigue siendo un componente muy poderoso, que confirma que los emuladores siguen muy, muy de moda.