En Tom’s Hardware Guide publicaron ayer un extenso reportaje en el que analizaban Fedora 16 Verne pero en el que sobre todo se centraban en el papel de GNOME 3 y de GNOME Shell en la distribución, con unas conclusiones aplastantes que dejaban claro que Fedora 16 no estaba ni mucho menos pensada para el usuario final.
No es que en Tom’s Hardware no recomienden la distribución, pero solo a usuarios con conocimientos previos de Linux que puedan ir solucionando los problemas que Fedora 16 les planteó a ellos. En realidad es posible usar todo tipo de entornos de escritorio en Fedora 16 Verne, así que el problema no era tanto de Fedora en sí misma como de GNOME 3 y de su interfaz nativa, GNOME Shell.
En las conclusiones del artículo dejan por los suelos a GNOME 3, afirmando que GNOME 3 es «mucho peor que KDE 4.0» y comparan ambos lanzamientos, destacando el hecho de que la imposibilidad de configurar apartados de la interfaz aleja este escritorio del usuario final.
«Usar GNOME Shell es un ejercicio de frustración suprema«, afirman, aunque también revelan que la herramienta GNOME Tweak Tool y las extensiones para GNOME Shell relajaron un poco un escenario realmente preocupante.
Podéis leer todas las conclusiones y el resto del análisis en la fuente original, pero personalmente creo que el redactor ha sido bastante duro con sus conclusiones, y ha tenido una mente quizás poco abierta a las novedades. GNOME 3 dista mucho de ser perfecto, pero las citadas extensiones y esa utilidad de configuración mejoran algunos de sus grandes problemas, y aún sin esos componentes no es tan complicado acabar acostumbrándose a un funcionamiento que, eso sí, resulta muy confuso al principio.
Como dije con Unity, solo hay que darle tiempo al tiempo. GNOME Shell mejorará. Y si no, tenemos Unity, Cinnamon e incluso otros proyectos de futuro.