Esta es mi entrada 666 aquí en MuyLinux, por lo que espero comprendáis que vengo armado con el tridente del mismísimo Satanás, con la firme intención de «pinchar algo». Eso sí, lo que sea que pinche, se tiene que dejar pinchar, y no siempre cae esa breva. En esta ocasión, sin embargo, la breva tiene el tamaño de una sandía (¡tómese con buen humor!).
La historia surge de un artículo publicado por Joe Brockmeier en su blog personal, y estéis de acuerdo o no con lo que suelta este señor por su teclado, lo que no se puede negar es que sabe de lo que habla.
Entrando al tema, Brockmeier se bajó hace unos días la primera beta de Ubuntu 12.04 para ir probándola, y al echar un vistazo a las notas de lanzamiento, el pobre quedó en shock al encontrarse con la siguiente línea, que no creo haga falta traducir: “Beta-1 includes the 3.2.0-17.27 Ubuntu kernel which is based on the v3.2.6 upstream stable kernel.”
«¿Ubuntu kernel?», se preguntó, «¿desde cuándo?». Desde nunca, claro. Y ahí recordó un poco el desapego que Canonical ha tenido respecto a la denominación «Linux» en sus productos, pues ya ni siquiera se hace mención al núcleo creado por Linus Torvalds en la página web oficial de Ubuntu (o no a primera vista).
Seguramente todos habréis leído en alguna ocasión eso de que Ubuntu es como un sinónimo de Linux -o GNU/Linux- para mucha gente, ¿verdad? Pues parece que en Canonical prefieren que Ubuntu sea solo Ubuntu. O sea, adiós al «Linux for human beigns».
Total, que Brockmeier publicó lo anteriormente dicho, y un desarrollador de Canonical le contestó, matizando algunos detalles. Y ahí comenzó el follón, porque la contrarespuesta y actualización del artículo por parte de Brockmeier sacó a relucir algunas de las «vergüenzas» de Canonical / Ubuntu, como…:
- El artículo en el que Mark Shuttleowrth sacaba pecho por su sistema, atreviéndose a lanzar una comparación bastante desafortunada -por lo superficial y sesgada- en plan Ubuntu vs RHEL en la computación corporativa. De ese escrito surgieron bastantes respuestas –aquí una bien argumentada-, pero ninguna tan contundente como los 1.000 millones de dólares de beneficios anuales obtenidos por Red Hat.
Decir que Debian forma parte del ecosistema Ubuntu, cuando lo más justo sería decir lo contrario (ver enlace «Ubuntu vs RHEL»). Atención: esto no es del todo así. Lo que hace Shuttleworth es diferenciar los ecosistemas RHEL-CentOS de Debian-Ubuntu.- Los follones que hubo con el tema de Ubuntu, Banshee y las tiendas de música.
- El escaso compromiso y la poca promoción de Canonical para con los desarrollos en los que basan su sistema, léase, GCC, GNOME o el mismo kernel Linux.
- Y, continuando del punto anterior, la nula contribución de Canonical con OpenStack. Y no voy a explicar ahora qué es OpenStack (ahí queda el enlace para los interesados); resumiendo la situación: Canonical tiene planes de negocio muy jugosos en torno a OpenStack, y no contribuye apenas en su desarrollo, mientras que Red Hat, que en lo que a soluciones en la nube apuesta por sus propios proyectos, tiene más empleados trabajando en OpenStack que Canonical. Y hablamos de una tecnología que, ahora mismo, supone competencia directa para Red Hat (SUSE Linux también apuesta por OpenStack).
En definitiva y siempre según Brockmeier, Canonical se mueve muy poco, y siempre por su propio interés, «que es lo que cualquier empresa hace», añadiréis vosotros, y razón tampoco os falta. Pero la diferencia de compromiso con el entorno Open Source de Canonical, parece que dista mucho de la que muestran otras firmas, como Red Hat o SUSE Linux.
Así termina su artículo Brockmeier, apuntando además que Canonical podría ser más decente con todos esos proyectos sin los cuales no existiría Ubuntu, reconociéndolos al menos por su nombre. Como os podéis imaginar, después de tales llamaradas, se lía la marabunta en el blog.
Hasta aquí el artículo original y las primeras reacciones. Y repito: todo lo que habéis leído hasta ahora es la opinión fundamentada de Joe Brockmeier, no la mía, a pesar de que comparto algunas de sus reflexiones (por eso le hago eco aquí en MuyLinux).
Unos apuntes antes de cerrar:
- El gazapo del «Ubuntu kernel» ha sido corregido…
- No os lo toméis a la tremenda. A Canonical / Ubuntu se le pueden hacer reproches tan duros como los que habéis leído arriba, pero como no quiero echar más leña al fuego, creo que ya hay bastante crítica por un día.
- A Canonical / Ubuntu se le puede reprochar mucho, sí, pero también se le debe agradecer mucho. Y no por popularizar Linux (¿cuántas décimas ha subido el uso de GNU/Linux desde que existe Ubuntu?), sino por crear la mayor comunidad en torno a una distro GNU/Linux (algo habrán hecho bien).
Y ahora delego en vosotros para contestar a la pregunta que da título a este «artículo de opinión ajena«: ¿reniega Ubuntu de Linux, o es solo una estrategia comercial (como pasa con Android, por ejemplo)?