Los que utilizamos Linux y nos encontramos con la consola de Windows tenemos que aguantarnos las ganas de llorar al ver ese desarrollo, triste hasta decir basta y que no puede competir ni de lejos con la potencia de una buena sesión de terminal en Linux. Existen alternativas, desde luego –PowerShell tiene muy buena reputación-, pero lo cierto es que esa consola nativa integrada en sistemas Windows es una penita.
Para tratar de aliviar ese dolor ha aparecido un desarrollo llamado Clink, que precisamente «transforma» la consola de Windows en una terminal bastante más potente que añade varias mejoras presentes en cualquier sesión bash.
Por ejemplo, ofrece las opciones de edición de líneas tipo Bash con la librería Readline, sobre la que podéis encontrar más información aquí, pero es que además tenemos el completado de comandos y nombres de ficheros y directorios con el tabulador, copiar y pegar desde el portapapeles, Undo/Redo, e ncluso completado con scripts a través del lenguaje Lua.
Como podéis ver, la cosa se pone interesante, y si sois usuarios de Windows -por afición o por obligación- al menos podréis acceder a un cmd.exe más versátil y bastante más configurable.