Algo está pasando en torno al veterano gestor de archivos de GNOME. Nautilus, otrora pieza clave del escritorio, va perdiendo opciones versión tras versión. Y hay distros que ya no pueden más.
Los desarrolladores de Ubuntu se están planteando dejar a Nautilus 3.4 en Ubuntu 12.10, a pesar de que en los repositorios de esa versión ya está Nautilus 3.5. La razón es conservar características.
Algo parecido le ha debido pasar por la cabeza a la gente de Linux Mint, que ya tienen en marcha un fork de Nautilus llamado Nemo.
Hay más inconformistas, y por ejemplo SolusOS, una distribución de creación reciente que está dando bastante de qué hablar (¡a ver si tengo tiempo y la pruebo!), ofrece un Nautilus parcheado para recuperar funcionalidad.
El problema radica en que los desarrolladores de GNOME están siguiendo un camino muy estricto en cuanto al diseño y características de Nautilus, adaptándolo a GNOME Shell hasta sus últimas consecuencias; esto es, eliminando todo lo que sobra en GNOME Shell, o lo que los desarrolladores creen que sobra.
Se les olvida, claro, que hay otras distribuciones que, utilizando GNOME 3 como base, han elegido prescindir de GNOME Shell, y se ven afectadas por este tipo de decisiones.