La presencia del sistema operativo Windows en las grandes empresas es notable, pero muchos de los puestos de trabajo profesionales están bastante anticuados y cuentan con versiones bastante antiguas del sistema operativo. De hecho, Windows XP sigue manteniendo una cuota más que decente a pesar de llevar ya 11 años en el mercado.
Por todo ello Microsoft lleva tiempo tratando de impulsar a esas empresas a realizar una migración hacia versiones más modernas, y en concreto a Windows 7, un sistema operativo con el que han logrado una buena estabilidad y un buen soporte de todo tipo de dispositivos hardware y de soluciones software.
Y aquí viene el dilema. ¿Por qué no migrar a sistemas operativos Linux? En MuyComputerPRO nos ofrecen los argumentos que esgrimen empresas como Quest o IBM en este terreno: ambas proponen distintas aproximaciones para realizar esa migración a Windows 7.
Así, Quest apuesta por la virtualización como paso intermedio, de forma que los entornos críticos en los que es necesario que ciertos componentes software funcionen bajo el entorno anterior no fallen. Lo curioso del caso es que esa misma solución podría ser aplicada bajo Linux: los usuarios empresariales podrían usar entornos Linux y hacer uso de máquinas virtuales con Windows XP -o la versión necesaria- para esos servicios críticos.
Por su parte, IBM ofrece un informe técnico en el que ofrece información sobre los servicios de migración y despliegue de Windows 7, pero ese mismo despliegue también se podría realizar con diversas distribuciones Linux, incluso en el caso de optar por soluciones Linux empresariales de Red Hat (RHEL) o SUSE (SLES), que llevan tiempo demostrando su calidad.
Si estáis implicados en este tipo de decisiones, puede que os interese acceder a los dos informes citados para evaluar esos argumentos y valorar su validez frente a soluciones Linux. Los detalles sobre los dos informes los tenéis gracias a nuestros compañeros de MuyComputerPRO: