Hablar de distribuciones rolling release es hacerlo de sensaciones encontradas. Por un lado, suena genial eso de estar siempre con el software actualizado conforme sale -o casi-, sin la necesidad de reinstalar el sistema con cada nueva versión. Lo peliagudo del asunto viene cuando, después de comodidad, entran en juego otros aspectos como facilidad, estabilidad o fiabilidad. ¿Qué pesa más?
Estabilidad
Todavía hay muchos usuarios de GNU/Linux que se creen que Arch Linux -por poner el ejemplo más popular- es una distribución inestable, precisamente por su calidad de rolling release. Y lo cierto es que algo de eso hay. Si bien las actualizaciones de Arch Linux -por lo general- se componen solo de versiones estables, estas -por lo general también- son publicadas casi inmediatamente a su lanzamiento, por lo que el proceso de prueba es notablemente inferior al de los sistemas GNU/Linux tradicionales.
Pero, cuidado, porque la misma «inestabilidad» te puedes encontrar actualizando GNOME o KDE en Arch Linux que haciéndolo en openSUSE o Fedora vía repositorios extra. Por mucho que los desarrolladores hayan probado sus creaciones antes de lanzar una nueva versión es más que posible, probable, que surjan errores. Prueba de ello son las versiones de mantenimiento que siguen a cada gran lanzamiento.
Y viceversa: distribuciones como Debian, más conservadoras con el software que cargan por mantener la estabilidad del sistema, pueden arrastrar errores que versiones posteriores ya han solucionado. Como veis, no es un asunto simple, aunque la postura imperante, al menos en ambientes de producción, es que más vale lidiar con unos pocos y pequeños errores conocidos, que enfrentarse a novedades que pueden romperlo todo.
En resumen, si buscas las máximas garantías de estabilidad, mejor viejo conocido que nuevo por conocer.
Facilidad
Otra de las dudas que le puede surgir al usuario que desea dar el salto a una rolling release es el de la facilidad de instalación y administración de estos sistemas. Poniendo una vez más como ejemplo a Arch Linux, es de sobra conocida su fama de distro para usuarios experimentados, que no expertos. Aunque, como suele ser habitual, no es tan fiero el león como lo pintan.
Instalar Arch Linux es, dependiendo de la velocidad de conexión, cuestión de un rato (ponle media hora o una hora), contando la instalación del sistema base y la del entorno de escritorio que elijas, ya que tienes que descargarlo todo en el proceso. ¿Te tocará echar un vistazo a la wiki del proyecto si te pilla de nuevas? Posiblemente, pero con saber leer y ponerle un poco de ganas, no necesitas más.
Una vez instalado el sistema y las aplicaciones que precises, es tan sencillo de mantener como lanzar un comando por consola una vez a la semana. Así me pasé yo dos años sin el más mínimo problema. ¿Tuve suerte? Porque se oye mucho eso de «la última actualización me dejó sin X», etc. No voy a entrar en esto, pero si lo tuyo es la ley del mínimo esfuerzo o simplemente no estás por la labor de perder tiempo en solucionar este tipo de cosas, está claro que Arch Linux no es para ti.
Si, por el contrario, te apetece comenzar a aprender Linux y no le tienes miedo a los contratiempos, Arch Linux es la distro ideal para estos menesteres: el balance entre el «hazlo tú mismo» y facilidad, sumado a lo increíble de su wiki, son perfectos.
No obstante, este apartado trata de facilidad y rolling release, no de Arch Linux, y hay otras distribuciones que te lo pondrán todo mucho más sencillo. La cuestión sería entonces, ¿son de fiar?
Fiabilidad
Si te interesa dar el salto a un sistema rolling release pero lo quieres todo bien masticado, con alguien que se preocupe por ti de los posibles problemas que puedan surgir, hay alternativas que te harán más gracia. Una de ellas, de las que se oye hablar mucho estos días, es Manjaro, que ayer mismo lanzaba nueva versión. Ahora bien, ¿cuán fiable es Manjaro? Todo dependerá de qué entendamos por fiabilidad.
Cuando elegimos utilizar una distribución por delante de otra, son varios los factores a tener en consideración, aunque poca gente se fija en cuestione tan importantes como la seguridad. Veamos: cuando instalas Arch Linux, tú elijes los componentes de tu sistema. En cambio, en las principales distribuciones dirigidas al usuario final, hay un equipo de expertos que se encarga de estas cosas (de instalar las extensiones de SELinux que correspondan, de instalar y configurar AppArmor, etc). ¿Puedes estar seguro que un pequeño equipo como el de Manjaro hace lo mismo? Ya te digo yo que no.
Es normal, porque suficiente tienen los chicos de Manjaro con esforzarse en ofrecer un producto que pretende ser amigable desde un principio, y de hecho están haciendo un gran trabajo, eso también te lo digo. Y, por supuesto, esto no va de atacar a Manjaro, a la que solo he tomado como ejemplo por la popularidad que está ganando últimamente.
Podría hablar de otros proyectos rolling release basados en distribuciones mayores, pero la desventaja que plantea Manjaro en este punto es lo espartano de su base, Arch Linux. Es decir, sus desarrolladores lo tienen más crudo en aspectos que en otras distros basadas en Ubuntu o Debian tienen cubiertos de antemano.
¿Y cómo se pueden enterar el usuario de a pie de estas cosas? Buscando información por sí mismo, evidentemente, lo que retuerce un tanto el espíritu amigable que pretenden mostrar distribuciones rolling release como Manjaro, Sabayon, PCLinuxOS o la más reciente SolydXK, de la que tendremos que hablar si o si en estas páginas por lo interesante de su planteamiento (es una cuenta pendiente la de SolydXK, porque promete mucho si sale bien).
Podría seguir, pero creo que hay de sobra por hoy. El propósito de esta entrada no es ni mucho menos desprestigiar el sistema de actualización constante o rolling release, entre otras cosas porque, personalmente, pienso que es el ideal, aunque todavía no se haya pulido lo suficiente como para que el gran público pueda sumarse a él con todas las garantías. En cualquier caso, no existe tal término como «todas las garantías» en esto del software, así que aquí queda este artículo, por si a alguien puede servir.