Os preguntamos hace un par de semanas, lo de GNU/Linux es… ¿diversidad o fragmentación? Y con los resultados de la encuesta en la mano -una encuesta que, además, ha estado muy reñida desde el principio, a pesar de que la participación en comparación con otras ha sido bastante baja-… sorpresa, diversidad gana a fragmentación.
¿Por qué «sorpresa»? Porque la percepción (ojo, porque esta palabra es la clave de todo el asunto) de un número importante de usuarios a este respecto tiende al catastrofismo, entendiendo como fragmentación las diferentes alternativas disponibles en la forma de distribuciones o escritorios. Para muchos otros, fragmentación es otra cosa.
Pero vamos a ver primero los resultados de la encuesta y seguimos comentando después. Así queda el pastel:
Por supuesto, en lugar de un blanco o negro, podríamos haber matizado hasta el hartazgo, pues pocas veces las cosas son blancas o negras y son muchos los factores a tener en cuenta. Sin embargo, para esta encuesta en particular pretendía forzar una posición.
Aquellos que comprenden fragmentación como un montón de pequeñas distros mareando la perdiz con proyectos muy similares entre sí, en lugar de trabajar de manera coordinada, tienen algo de razón. Si solo hubiese una única distribución -o unas pocas, no cientos como hay-, es posible que Linux en el escritorio estuviese más arriba. Pero entonces no sería software libre, y en ningún caso estaría asegurado el éxito. ¿Queréis un ejemplo?
Ayer mismo hablábamos de los cinco problemas de Linux en el escritorio, y como ejemplo ante el tema de la fragmentación ponía los vehículos o electrodomésticos. ¿Alguien se queja porque su lavadora, su cafetera o su coche no es exactamente igual al de su vecino, no tiene los botones el en mismo sitio o las mismas características? ¿Por qué extrapolar este paradigma a GNU/Linux? ¿Porque Windows ha monopolizado el sector al extremo? Hay un ejemplo más interesante.
Android, basado en Linux y Open Source a pesar de todo, es el sistema operativo líder en el segmento móvil. ¿Se queja la gente de las capas de personalización que imponen fabricantes y operadoras a los diferentes modelos de de teléfonos y tabletas? No lo creo. Y sin embargo, Android es un sistema fragmentado como GNU/Linux nunca lo ha sido, y no precisamente por esas capas de personalización.
Según los últimos datos, Google ya ha conseguido que Jelly Bean (Android 4.1.x) se posicione como la versión más utilizada del sistema, pero Gingerbread (Android 2.3.x) todavía está presente en decenas millones de dispositivos en todo el mundo. Este es un caso de fragmentación flagrante, pues no solo una gran mayoría de usuarios no pueden disfrutar de los avances del sistema o aplicaciones creadas en base a las nuevas versiones, sino, lo que es peor, están utilizando un sistema que carece de soporte y actualizaciones de seguridad desde 2011.
La situación de Android ha sido calificada como una “práctica de negocio fraudulenta y engañosa” por expertos en seguridad, y es que solo hace falta informarse un poco para darse cuenta de que la fragmentación de GNU/Linux es de risa comparada con la de Android. Y nada de esto parece haber importado para que la plataforma de Google se haya comido a las demás.
Entonces… ¿de qué estamos hablando? ¿De que los usuarios de GNU/Linux sufren una fragmentación en su experiencia de uso? ¿O de que, una vez se introducen en GNU/Linux, no saben bien qué elegir ante tanta variedad?