La OpenBSD Foundation se enfrenta a importantes problemas financieros. Tan importantes, de hecho, que podrían verse obligados a reducir e incluso suspender su labor, en el caso de no conseguir la ayuda económica necesaria para mantener la nave a flote. Para ello, piden la contribución de la comunidad.
Al parecer, el gasto que tiene al proyecto en jaque es el eléctrico, de aproximadamente 20.000 dólares anuales. Un consumo desmesurado derivado principalmente de los servidores en los que se compilan las nuevas versiones del sistema operativo, y es que dar soporte a más de doce arquitecturas diferentes no es barato, precisamente.
Peor aún, salvando los costos de la electricidad, el proyecto sigue sin ser sostenible. Por todo esto, desde la Fundación OpenBSD se pide ayuda económica de manera urgente, o el desarrollo de este descendiente de BSD enfocado en la seguridad podría verse seriamente afectado.