Linux, el núcleo que da vida a nuestros sistemas operativos favoritos, va más allá de lo que consideramos computación de usuario o servidor. El kernel Open Source creado por Linus Torvalds es todo un camaleón de los dispositivos embebidos, y es de lo más normal encontrárselo donde menos se le espera.
De vez en cuando nos hacemos eco de diferentes productos que utilizan Linux como cerebro, y de un tiempo a esta parte hemos tenido ejemplos de lo más variopinto. Hemos visto a Linux en la Estación Espacial Internacional, el Gran Colisionador de Hadrones, en barcos, coches, motos, neveras, rifles de precisión e incluso máquinas para ordeñar vacas.
No es fácil sorprenderse a estas alturas por hasta dónde llega el pingüino, aunque hay aún hay espacio para lo inesperado. En NetworkWorld han publicado una recopilación de «rarezas» que gustará ver a quien no esté muy puesto en el tema, pero de la que cabe destacar un en concreto. ¿Adivináis cuál es?
Por descarte, no sorprende demasiado ver a Linux en gasolineras, en las pantallas de terminales de aeropuertos o tiendas de comida, en sensores de tsunamis o en «calculadoras inteligentes». ¿Y en un robot de cocina? Tampoco. Ahora, el robot humanoide NimbRo-OP o las Wave Glider, una serie de tablas de surf que se dedican a dar la vuelta al mundo recogiendo información, eso tienen más miga.
La cosa se pone interesante -o novedosa- cuando introducimos en la ecuación a los Raspberry Pi y la marabunta de mini-PCs que están surgiendo, con los que la gente hace de todo: desde una supercomputadora Lego a un sistema que le abre la puerta al perro al detectar su ladrido.
Sin embargo, la anécdota de esta entrada no utiliza Linux, realmente. Se trata de la Barbie informática, un nuevo modelo de esta famosa muñeca que, suponemos, intenta adaptarse a los tiempos que corren… y cierto detalle de su «oficina» no ha pasado desapercibido para algunos.
[Imagen: ericskiff]