La primera vez que supimos del ‘Project Sputnik‘, un proyecto por el que se sugirió a Dell adaptar su entonces recién estrenado Dell XPS 13 como equipo para desarrolladores basado en Linux, era difícil imaginar que unos meses después la propuesta se materializaría en un producto realmente sólido, que ha ido evolucionando tras su lanzamiento hasta posicionarse como una de las apuestas más interesantes en la gama alta de ultraportátiles con Linux… que por otra parte es más bien escasa.
Ésa es al menos mi impresión, tras utilizar a fondo durante tres semanas un portátil ultraligero del que cuesta despegarse, por varios motivos. ¿Quieres saber a qué me refiero? Este es el primer capítulo dedicado al Dell XPS 13 Developer Edition con Ubuntu, así que no pierdas detalle, especialmente si estás pensando en renovar tu máquina o adquirir una nueva.
Cuando el Dell XPS 13 se lanzó con Ubuntu a mediados de 2012 la sorpresa fue importante, y es que la compañía estadounidense dejó las versiones modestas de este modelo con Windows, reservando la configuración de hardware más potente para la edición con Ubuntu, a la que bautizaron como el “ultimate developer notebook”.
En su momento nos planteamos si el Dell XPS 13 con Ubuntu era caro, llegando a la conclusión de que sí, lo era, pero con razón. El equipo montaba un procesador Ivy Bridge Core i7-3667U de tercera generación con 4 MB de caché y frecuencia de 3,2 GHz, 8 GB de memoria DDR3 1600, unidad de estado sólido de 256 GB, pantalla de 13,3 pulgadas y resolución 720p (1.366×768), un chasis de aluminio y magnesio, amplia conectividad y batería de polímeros de litio para 6 horas de autonomía. Su precio, 1.549 dólares, que poco tardarían en rebajarse.
Digo «era», porque desde entonces ha bajado el precio y han subido las prestaciones considerablemente. El Dell XPS 13 con Ubuntu regresó a la palestra un año después de su lanzamiento, el noviembre pasado, con mejor procesador, pantalla táctil y menor precio en dos versiones con sendas diferencias: procesador y disco. La versión más económica porta un Intel Core i5-4200U y una unidad SSD de 128 GB, mientras que el modelo superior lleva un Intel Core i7-4500U y un disco de 256 GB. Todo lo demás es igual.
Sin embargo, es la versión superior la única que se encuentra disponible con Ubuntu para su compra a través de Dell España, lo que garantiza que el teclado y conexiones estén adaptados. Y este es el modelo que tengo ahora en mis manos, cuyos componentes paso a especificar a continuación.
El Dell XPS 13 Developer Edition con Ubuntu incluye:
- Procesador de cuarta generación Intel Core i7-4500U con 4 MB de caché y hasta 3,0 GHz
- 8 GB de RAM DDR3 a 1600 MHz
- Unidad SSD de 256 GB
- Tarjeta gráfica integrada Intel HD 4400
- Pantalla táctil con retroiluminación LED con TrueLife y resolución Full-HD (1.920 x 1.080 píxeles) de 13,3 pulgadas con tratamiento Gorilla Glass
- Webcam de 1,3 megapíxeles (720p) con dos micros
- Batería integrada de polímero de litio de 6 celdas
- Intel Dual Band Wireless-AC 7260 y Bluetooth
- 2 puertos USB 3.0 con PowerShare (una tecnología de Dell que permite cargar dispositivos a través de los puertos USB aunque el ordenador esté apagado)
- 1 puerto Mini DisplayPort
- 1 entrada de auriculares
Los anteriores componentes van montados en un chasis de aluminio y fibra de carbono con «reposamuñecas de magnesio con pintura suave al tacto». Las dimensiones físicas de este portátil son 18 mm de grosor máximo, 316 mm de alto y 205 mm de ancho, con un peso mínimo de 1,37 kg.
Gobernándolo todo, un Ubuntu 12.04.1 LTS 64-bit ligeramente aderezado por Dell.
Asimilada la retahíla de componentes, son varios los interrogantes que se presentan y que voy a intentar despejar en las siguientes líneas. Pero antes de continuar, hay algo que debe quedar, no claro, cristalino: cuando Dell etiqueta este producto como «para desarrolladores», lo hace muy en serio. Y dependiendo de cómo se contemple, éste puede ser su punto fuerte y débil al mismo tiempo.
A destacar que el XPS 13 es un equipo integrado, esto es, o lo tomas con los componentes que vienen de fábrica, o lo dejas. Procesador, memoria o disco, no hay posibilidad de ampliación; ni siquiera de abrir la batería.
Así pues, lo «tomamos», tratando de sacarle el máximo jugo posible…
Al desempaquetar el XPS 13 lo primero que llama la atención es su diseño, elegante y estilizado. Personalmente, creo que Dell ha hecho un gran trabajo en este sentido y en cuanto lo coges y lo tocas, notas que tienes en las manos un dispositivo cuidado al detalle, agradable al tacto y bastante ligero. Teclado retroiluminado y panel táctil son, en mi opinión, deliciosos.
Una vez nos hemos deleitado con su físico, es hora de abrir el portátil y encenderlo para comprobar que Dell no miente en la página del producto: el sistema arranca en frío en 12 segundos; en 3 segundos si está en suspensión, en 5 segundos si está hibernando. Se diga lo que se diga, la cifra es impresionante, aunque a raíz de darle uso al equipo, instalar y «tocar cosas», se le han acabado añadiendo un par de segundos o tres a la medición oficial.
El arranque del Dell XPS 13 es rapidísimo gracias a la unidad SSD, principalmente, y al terminar nos deja con un Ubuntu 12.04.1 LTS 64-bit bien completo del que departiremos otro día. Hoy nos centramos en el hardware, y no cabe duda de que la unidad SSD es uno de los platos fuertes de este PC. Aunque cualquiera que tenga este tipo de almacenamiento puede constatar la gran disimilitud de rendimiento entre los discos duros tradicionales y las nuevas unidades de estado sólido. Simplemente, no hay color.
Hablando de color, la pantalla es la otra protagonista de la función. De hecho, nada tiene tanto protagonismo en el Dell XPS 13 como la pantalla, que en sus versiones previas ofrecía una resolución de 1.366 x 769 píxeles, y que en la última iteración del dispositivo da el salto hasta los 1.920 x 1.080 píxeles -o el Full-HD, como prefieras-.
En este punto es interesante hacer una comparación rápida con la tecnología estándar del mercado en la gama alta, la Retina de Apple. Y si ninguno de los ultraportátiles de la manzana la lleva, es por algo.
El MacBook Air de 13 pulgadas tiene una resolución nativa de 1.440 x 900 píxeles, mientras que el MacBook Pro -que no es «ultraportátil- de 13 pulgadas con pantalla Retina llega a los 2.560 x 1.600 píxeles. Pero si el primero tiene un peso de 1,35 kg, casi el mismo que el Dell XPS 13, el segundo engorda hasta los 2,02 kg 1,57 kg (es el MacBook Pro sin Retina el que pesa más de 2 kg). Una diferencia significativa, siempre que a la hora de decantarnos por un modelo u otro lo que más pese -y nunca mejor dicho- sea la perspectiva de moverse con el aparato de manera constante.
El Dell XPS 13 no alcanza los excesivos 227 PPI del MacBook Pro Retina, pero pesa mucho menos y mantiene el tipo con una densidad de píxeles en absoluto despreciable de 165 PPI, superior a la del MacBook Air. Sin embargo, cabría preguntarse, ¿más es mejor en cualquier caso? La respuesta es, en estos momentos, no.
Hace unos días debatíamos sobre este tema aquí, en MuyLinux, y es que el futuro pasa por la «ultra alta definición», según parece. Densidades de píxeles imposibles en dimensiones físicas de chiste que plantean dudas acerca de la necesidad de llegar a tales extremos, en los que el ojo humano no percibe diferencia alguna.
En otras palabras, no es lo mismo meter 1.920 x 1.080 píxeles en una pantalla de dos palmos y medio -ponle 21 pulgadas-, que en una de apenas palmo y medio -ponle las 13,3 pulgadas de marras-. Las interfaces de sistemas operativos y aplicaciones no están bien preparadas para tamañas resoluciones, pero las páginas web en general tampoco.
Hasta que el ojo se acostumbra los elementos del escritorio se ven pequeños, incómodos incluso, y el tamaño de las tipografías es de configuración obligatoria si se quiere disfrutar de una pantalla que, por lo demás, es brillante. Y no lo digo -solo- por el brillo.
La pantalla del XPS 13 es ante todo nítida, tiene una gran definición y los colores son intensos sin resultar molestos. La tecnología TrueLife de Dell, finalmente, está dando sus frutos. Y de nuevo hay que darle la razón a la información oficial del producto, donde se indica que «el brillo de 350 nits es hasta un 75 % más brillante que un panel de 200 nits típico, mejorando la visualización con una iluminación excepcional».
No vamos a decir que con esta pantalla sea ideal trabajar bajo un sol abrasador de verano, pero su calidad es innegable. En un ambiente de luz tenue, con el brillo a la mitad se ve muy bien; y en exteriores se puede trabajar a gusto. Asimismo, el ángulo de visión de 178 grados, cuenta la publicidad, «permite compartir contenido fácilmente»; y yo lo constato: en un arco a dos metros del aparato se distingue prácticamente todo.
¿Es todo perfecto? La verdad es que no. Precisamente lo que más destaca del equipo, a la par lo más llamativo del mismo, la pantalla táctil, es donde encuentro el fallo más notorio. Sencillamente, no alcanza las expectativas, aunque no solo es culpa del hardware… o no podría asegurar que sea exactamente así.
Personalmente no veo la necesidad de pantalla táctil en un equipo de estas características, y desde luego Ubuntu 12.04 no está preparado para estos menesteres. El manejo es engorroso, tosco y no aporta nada a la experiencia de uso. Así que me lanzo con una opinión que sonará políticamente incorrecta por estos lares, pero veo mucho más lógica la versión con Windows 8. Por lo menos la interfaz acompaña.
El lado positivo de lo que considero un error es que la versión con Windows sube hasta los 1.399 euros, mientras la que se distribuye con Ubuntu se queda en 1.039 euros. El ahorro es de 360 euros. No obstante, si la pantalla táctil supone un encarecimiento del producto, yo hubiese prescindido de ella y hubiese aumentado la memoria RAM a 16 GB, por ejemplo.
En cuanto al apartado de conectividad, tiene lo justo y necesario, destacando la entrada DisplayPort y echando bastante en falta un lector de tarjetas SD integrado, una de las carencias del conjunto que no llego a comprender (no, sus reducidas dimensiones no son excusa).
Para terminar con este repaso, Dell ofrece «un año de servicio a domicilio el día siguiente con asistencia telefónica superior».
Sea como fuere, lo más interesante del Dell XPS 13 Ubuntu comienza con su uso, naturalmente. ¿Cuál es la configuración de software? ¿Por qué Dell se empeña en publicitarlo como equipo para desarrolladores? ¿Qué aporta Dell en este aspecto? ¿Cómo se comporta Ubuntu en la gama alta? ¿Golosinas? Todas estas preguntas y muchas más tendrán respuesta en el siguiente capítulo…
Fe de erratas: Todas las imágenes que incluye este artículo excepto la última son imágenes publicitarias de la anterior versión del Dell XPS 13 con Ubuntu. Las diferencias estéticas entre ambas versiones son el logo de Dell, que sustituye al nombre del modelo (XPS) y el logo de Windows con el redondel, que en la nueva versión es sustituido por el logo de Windows 8. Los dos detalles se pueden apreciar en la última imagen. Lo he hecho así por ofrecer imágenes de mayor calidad.
Asimismo, he de advertir que el modelo que estoy probando es la versión inglesa, pero desde Dell nos han asegurado que el equipo que se vende a través de Dell España, como es evidente, está totalmente adaptado.