Si ayer hablábamos de Italia como ejemplo europeo en políticas Open Source, en lo que se refiere a grandes ciudades el espejo en el que mirarse sería sin duda Múnich, cuya trayectoria llevamos siguiendo en MuyLinux desde que, en 2010, «la ciudad se inundase de documentos ODF».
En 2012 no hicimos eco de lo encantada que estaba Múnich con su migración a Linux y hacia finales de ese mismo año la noticia fue los alrededor de 11 millones de euros ahorrados gracias al binomio LiMux y OpenOffice, en detrimento de Windows y Microsoft Office. Terminando 2013, la migración se había completado.
Ahora, pasado el tiempo y alcanzada la apuesta original de LiMux (Linux en Múnich), la Administración cuenta hoy en día con 15.000 equipos funcionando con software libre. Pero no ha sido cosa de cuatro años, ni mucho menos. La odisea comenzó en 2001 y de tal hazaña departe Peter Hofmann, responsable del proyecto, en una extensa pero muy recomendable entrevista publicada por Linux Voice (también en PDF).
Hofmann habla de muchas cosas: de los duros inicios (¡Linux en 2001!); de cómo ‘el monstruo de los developers‘ intentó meter la zarpa; de por qué se decidió cambiar Debian por Kubuntu… Lo dicho, una interesante experiencia de la que vale la pena tomar nota y de la que destacamos el siguiente fragmento, uno especialmente significativo:
Si pones el énfasis en el aspecto monetario, una alternativa puramente Microsoft habría ganado, pero si lo pones en el aspecto estratégico, la alternativa Open Source era mejor.
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