Todavía hoy, con potentes plataformas de comunicaciones y productividad en la nube como Microsoft Office 365 y Google Apps, muchas empresas y organizaciones prefieren confiar en soluciones que les profieran un mayor control de los datos, soluciones autogestionadas como podría ser la popular Microsoft Exchange. Sin embargo, cuando prima el control de los datos, ¿no es más sensato confiar en el código abierto?
A priori la oferta de los gigantes tecnológicos parece insuperable por la calidad de las herramientas y el servicio, pero cuando la pérdida de privacidad -entre otras consideraciones- no es admisible, las alternativas Open Source entran en juego. Y las hay de nivel. Si de ownCloud ya os hemos hablado largo y tendido, en esta ocasión el protagonismo es para Open-Xchange, una veterana solución de software colaborativo que goza de la mejor de las saludes.
Con un nombre que por poco original no engaña, Open-Xchange nació como alternativa directa a Microsoft Exchange, incluida inicialmente en la distribución SUSE Linux. Con el tiempo, desarrollo e inversión, Open-Xchange ha crecido hasta convertirse en un actor relevante con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo, gracias a que es una de las opciones preferidas por proveedores de servicios de Internet.
A grandes rasgos Open-Xchange se bifurca en tres ramas: OX App Suite, OX Documents y OX Messenger, proporcionando al usuario final un entorno de trabajo eficiente, unificado y cifrado gracias a OX Guard. Estas son algunas de sus características estrella:
- Servidor de correo electrónico y webmail.
- Mensajería instantánea y VoIP.
- Gestión de contactos.
- Calendario y tareas.
- Suite ofimática (procesador de texto y hojas de cálculo, con soporte para los formatos de Microsoft Office y OpenDocument) y visor de documentos.
- Almacenamiento y sincronización de archivos en la nube.
- Gestión de redes sociales (Facebook, Twitter, LinkedIn, Tumblr) y RSS.
- Y un largo etcétera, puesto que Open-Xchange puede ser ampliado mediante complementos para cubrir casi cualquier necesidad.
Asimismo, tampoco es imprescindible la migración al adoptar Open-Xchange, ya que se integra con los servicios de terceros más conocidos, incluyendo por supuesto a Microsoft Exchange, por lo que la interoperabilidad está asegurada.
Sin embargo, si hay un elemento que resaltar de Open-Xchange es su renovada interfaz de usuario, todo un ejemplo a seguir para las aplicaciones Open Source, enfocada en la productividad y diseñada para su utilización a través de un navegador web, sea en PC, tablet o smartphone. El portal de OX App Suite es un auténtico centro integrado de recepción y gestión como pocos.
Para el usuario final el software de Open-Xchange es equiparable a soluciones en la nube como las repetidas Microsoft Office 365 o Google Apps y nada mejor que probarlo en la demo en línea. Para el administrador de sistemas encargado de implementarlo, no obstante, hay ventajas considerables, comenzando por su integración con las principales soluciones de automatización (CPanel, Parallels Plesk).
En definitiva, Open-Xchange es una gran alternativa Open Source a la oferta de los gigantes de Internet y el software privativo, y no es la única. De hecho, hemos mencionado ownCloud porque puede cubrir casi el mismo hueco, pero las alternativas más inmediatas serían Zimbra, Zentyal o Kolab.