¿Qué opinión le merecerá a la Free Software Foundation (FSF) y a su creador Richard Stallman el modelo de financiación colectiva tan en boga en los últimos tiempos? Buena, parece, mientras se cumplan ciertas reglas; y el portal Crowd Supply ya se ha ganado la bendición de ambos, cuentan en Ars Technica.
Como sabéis el crowdfunding tiene su vertiente positiva y negativa casi a partes iguales, y es que dependiendo de las condiciones de la campaña de turno -por ejemplo, proyectos concretos que cobran lo recaudado aunque no alcancen la meta- e incluso sin depender -puede ser un tongo desde el principio o fallar legítimamente-, siempre es una lotería. Pero el crowdfunding también se ha mostrado como un vía de financiación válida para proyectos que de otra manera lo tendrían imposible, y en el mundillo del software libre comienza a afianzarse como solución a casos específicos.
En fechas recientes y no tan recientes hemos visto a Krita, OpenShot o CHIP presentarse en Kickstarter y salir victoriosos; o a Canonical no conseguirlo con su Ubuntu Edge en Indiegogo. No obstante, la plataforma que destaca en materia de libertades es otra, de acuerdo a a la FSF. Y también la conocemos.
En Crowd Supply es donde se han lanzado iniciativas como el portátil Librem (ojo con ese artículo, que desde entonces se ha actualizado varias veces el proyecto y se han rectificado cosas), o el también portátil Novena, este basado al cien por cien en Open Hardware. Son dos ejemplos de varios en los que el software y o hardware abierto son el protagonista, y por lo que se ve habrán más.
La alianza entre FSF y Crowd Supply, de hecho, no se sustenta solo en la predilección del sitio por los proyectos libres -o al revés-, sino en otros pormenores. Crowd Supply ofrece una propuesta flexible que permite a los emprendedores, además de campañas al uso, ventas a largo plazo del producto y otros servicios relacionados. Pero es que tras el acuerdo con la FSF han rehecho la estructura del portal para cumplir rigurosamente con la campaña de por la apertura de todo JavasCript que se ejecute en la Web.
Por lo tanto, Crowd Supply se convierte en la plataforma de crowdfunding amigable para con las iniciativas tecnológicas abiertas. Stallman lo tiene claro: «respeta la libertad de la gente mientras le pide que donen a proyectos«, dice. El fallo de concepto es que lo del crowdfunding no son donativos, a pesar de que a efectos legales y salvo excepciones, la idiosincrasia es la misma.