Parece que estamos viajeros esta semana, y es que si ayer nos fuimos a Múnich a razón del software libre, hoy hacemos lo propio camino de Reino Unido con los formatos abiertos como objetivo informativo. El resumen de la historia es que la introducción de OpenDocument (ODF) como formato estándar para documentos oficiales va según lo planeado.
A quien no haya seguido la historia le recordamos que tras varios años de promesas incumplidas, el Gobierno británico emprendió en 2014 la senda del Open Source en lo público. Comenzando por la implantación de un formato abierto para documentos de oficina y con la mira puesta en un cambio más profundo que afectará especialmente a la suite ofimática de Microsoft, todavía sin producirse, ese mismo verano se hizo realidad la vigencia de ODF como estándar oficial.
Las consecuencias directas de la adopción de ODF por parte de Reino Unido no se hicieron esperar. A los 1.200 millones de libras ahorradas al erario público le siguieron inesperados movimientos de las dos grandes tecnológicas que más tenían que decir: Google recuperó el soporte de ODF y aseguró que lo ampliaría, aunque aún no han cumplido con la exportación de presentaciones; y Microsoft igual para con un mejor soporte de ODF en su suite de aplicaciones en la nube. Y si le hacemos caso a lo que adelantaron, este fin de año se sumaría a la fiesta LibreOffice Online.
¿Quién dijo que un Gobierno no puede imponerse a una multinacional? De hecho, en esta ocasión las supuestas artes oscuras de los de Redmond no surtieron efecto, a pesar de que sí retrasaron el proceso, de nuevo, supuestamente.
Así, la noticia a día de hoy es una perogrullada y sin embargo la damos por el recreo al que se presta: todo va según lo planeado. Para facilitar la transición el Gobierno ha publicado lo que el máximo responsable del área técnica ha calificado como un excelente trabajo: una completa guía de ODF para usuarios. Se hace camino al andar, ¿no?
Vía Joinup.