En efecto, LibreOffice y ODF siguen extendiéndose por Italia y en esta ocasión la noticia es doble, ya que trata de dos migraciones en distintas regiones y sectores públicos. El resultado, sin embargo, parece ir por el mismo camino: resistencia inicial, aceptación final y problemas de interoperabilidad por en medio.
Así, está la ciudad de Bari, al sur del país, donde se comenzó con la migración hacia LibreOffice y ODF en septiembre de 2014. La implantación llegará al 75% en los alrededor de 1.700 equipos con los que cuentan a finales de año. Un «entrenamiento» previo del equipo técnico ha sido esencial para disipar temores, mientras que el gran reto lo ha supuesto explicar a las desarrolladores de aplicaciones de teceros de qué van los estándares y por qué hay que respetarlos y adoptarlos.
Al norte, en la región de Véneto (aprovechamos para ilustrar la entrada con una fotografía de Venecia) el organismo público de salud ULSS5 también comenzó una migración en los mismos términos hacia LibreOffice y ODF. Han completado un 70% y se espera que en 2016 el cambio sea efectivo en los 1.500 equipos de los que disponen. La zancadilla en este caso la ha puesto los problemas de interoperabilidad con el formato OOXML, que se supone estándar pero que sigue ocasionando percances incluso entre versiones de la suite ofimática de Microsoft, de la que han tenido que tirar para salvar los obstáculos.
Dos ejemplos más de cómo en Italia han emprendido una senda que, pese a lo sinuoso, parecen dispuestos a seguir hasta cumplir con los objetivos marcados: anteponer el software libre o reutilizable siempre que sea posible. De hecho, en 2014 el 40% de la Administración Pública italiana ya usaba software abierto .
En lo que respecta a LibreOffice y Open Document, la última noticia de calado tenía al ejército italiano como protagonista del cambio. Historias todas muy diferentes a la de Pésaro… ¿La excepción que confirma la regla?
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