Menuda semanita que está protagonizando Microsoft en el ecosistema de Linux y el Open Source. Los de Redmond han hecho estallar las expectativas y en pocos días han presentado tres proyectos directamente relacionados con el otrora «frente comunista» o «cáncer de la industria». Y si nada más arrancar el artículo hacemos referencia a las viejas pullas, es porque hasta el mismísimo Steve Ballmer habla ahora de Linux en otros términos.
Pero es que en una semana hemos visto lo nunca antes visto: tres anuncios del gigante del software que, evidentemente, solo atienden a sus intereses. Pero así funciona el mundo y, por otra parte, no deja de ser un hecho insólito. Por mucho que la Linux Foundation nos advirtiera a finales del año pasado que «Microsoft y Linux comenzaban una gran alianza«, que ya son palabras mayores en sí mismas.
Primero se anunció la llegada del sistema de bases de datos SQL Server para Linux; segundo la unión de la compañía a la Eclipse Foundation y la integración de Visual Studio con Eclipse; tercero SONiC, una suerte de fork de Debian para gestionar infraestructuras de red. Todo ha pasado en menos de siete días, pero es que si echamos un vistazo al último año la tendencia es notable: Visual Studio Code, soporte de SSH en PowerShell, Azure Cloud Switch (en el que se basa SONiC), Visual Studio Code Open Source, Debian en Azure… Y esto es solo lo más gordo.
¿Realmente Microsoft ama a Linux? Está claro que la multinacional ha asimilado sus limitaciones y ha optado, en lugar de atacar y competir frontalmente, por aliarse con su adversario más fuerte, precisamente, para ganar competitividad. Pero de ahí al amor hay un trecho y pequeños detalles -porque no tiene que ver una cosa con la otra- como el de Skype no son ejemplo de cariño (se cita por lo reciente). Y, por supuesto, solo hace falta mirar desde otro prisma la situación para darse cuenta de que no es oro todo lo que reluce, ni por más que se repita y exagere algo se convierte en verdad. Siempre hay una de cal por una de arena.
En todo caso, gracias, Satya Nadella. Pero no te quedes ahí. Sigue demostrando que Microsoft ha cambiado y cuídate de no recordar a los viejos fantasmas, porque la industria ya no es la que era.