La semana pasada Linus Torvalds volvía a lanzar declaraciones en varios foros y de las muchas cosas que dijo, los titulares en la prensa tecnológica han ido a parar al mismo sitio casi sin excepción: al escritorio de PC, el último reducto de la informática moderna que le queda por conquistar a Linux. Sin embargo, dependiendo de cómo se plantee el tema esa conquista podría haberse producido ya.
Pero tampoco vamos a darle la vuelta a las cosas porque sí, y es que cuando Linus Torvalds habla de conquistar el escritorio se refiere, evidentemente, a popularizar el sistema al nivel alcanzado en servidores o movilidad. Y por sistema entendemos a GNU/Linux, pues existe una posibilidad más sólida en lo comercial en la forma y nombre de Chrome OS… guste más o menos, porque Google no se ha rendido todavía.
Con todo, GNU/Linux ha ido conquistando poco a poco el escritorio en términos de utilidad y aceptación y solo en los últimos diez años hemos visto cómo su evolución ha roto barreras antes impensables para un sistema operativo desarrollado por «aficionados» que no es tal, claro. Por ejemplo: el proceso de instalación de las grandes distribuciones dirigidas al usuario básico se ha simplificado al extremo, así como la gestión del software; mientras que la compatibilidad con el hardware ha mejorado exponencialmente.
Otro punto a destacar es el de las interfaces gráficas, que gracias a KDE Plasma y GNOME están hoy en día a la altura de la competencia comercial. Se puede discutir si en líneas generales hace falta que los desarrolladores de aplicaciones libres se pongan las pilas en este sentido, pero no que a nivel de estética y funcionalidades el escritorio Linux, o al menos sus principales exponentes, no tienen nada que envidiarle a las propuestas privativas.
Pero es que también tenemos aplicaciones cada vez más potentes en segmentos clave como la ofimática, la edición multimedia, redes e Internet, etc.; aunque como sabéis esto se está moviendo a la web en gran medida. Y sí, Adobe, Autodesk y el etcétera que cada uno quiera agregar ni está ni se le espera, pero no trata de eso el tema de hoy. El tema es que para muchas personas y organizaciones el escritorio cumple, y en muchos casos los hace mejor que las alternativas.
Pensad en esto: si mañana Windows 10 se volviese software libre, ¿dejaríais vuestra distribución / escritorio favoritos? Yo, personalmente, no. Por lo que puedo decir que el escritorio Linux me conquistó hace tiempo, y conforme más tiempo pasa más difícil veo un posible cambio. Y no por el software libre, sino por la tecnología en sí.