Sentenciado ya el cambio de escritorio para Ubuntu 17.10 y sabiendo que Ubuntu GNOME desaparece para integrarse como edición principal, al margen de otras tanta dudas quedó la de qué se va a hacer con el escritorio: ¿veremos un GNOME de fábrica? ¿Lo retocarán… mucho…. poco? Empiezan a llegar las respuestas.
En OMG! Ubuntu! han estado charlando con uno de los desarrolladores del Ubuntu Desktop Team y por lo que le han sacado y aunque es pronto para ver el cuadro completo, más de un enamorado de Unity va a echar una lagrimita. Si alguien esperaba que en Canonical se pusieran a tapar los huecos que dejará Unity a nivel de características, que no lo haga porque es perder el tiempo.
El trabajo al menos en esta primera etapa pasa por mejorar la integración de los temas visuales con las aplicaciones de GNOME , así que Ambiance, Radiance y Humanity no se van a ningún lado, aunque se menciona una posible renovación de los iconos para la próxima versión; se considerará realizar «algún retoque aquí y allá para facilitar a los usuarios la nueva experiencia» y poco más.
Aún se tiene que decidir el conjunto de aplicaciones básicas, si hay cambios o no, aunque de nuevo parece que serán mínimos si es que los hay. Y es que la intención es, tal y como adelantó Mark Shuttleworth, apegarse en todo lo posible a GNOME para evitar más remiendo (como hacían con varias de las aplicaciones de GNOME en Unity).
Sin embargo, una cosa es retocar poco y otra servir un GNOME Shell de fábrica que no todo el mundo comprende, o con el que no todo el mundo se siente a gusto. La muestra más viva de cómo la idiosincrasia de GNOME Shell no la entiende todo el mundo por igual se ve en el éxito de las extensiones del escritorio, de las que prácticamente toda distribución basada en GNOME Shell se nutre para ofrecerse al público.
En consecuencia, el Ubuntu Desktop Team en colaboración con OMG! Ubuntu! ha publicado una encuesta para que los usuarios aporten su opinión acerca de la utilidad de ciertas extensiones. Por ejemplo, Dash to Dock, Impatience, TopIcon Plus, Applications Menu, Alternate Tab, Better Volume Indicator y No Top Left Hot Corner (en mi opinión y por si a alguien le sirve, las tres primera son imprescindibles, las dos siguientes prescindibles y las dos últimas más prescindibles aún).
Podéis votar en la encuesta pinchando aquí (deberéis estar identificados en Google). Aparte de por las extensiones, al final hay una última pregunta que nos remonta al nacimiento de Unity: los botones de la ventana, ¿a derecha o izquierda? Claro que, ¿qué sentido tienen los botones a la izquierda sin Global Menu? Por otra parte, ¿qué sentido tiene una barra o panel superior sin Global Menu o integración con el gestor de ventanas?
En todo caso parece que la nueva Ubuntu con GNOME Shell no va a ir ni de lejos tan cargada de extensiones por defecto como la actual Ubuntu GNOME, pero ya se verá.
En otro orden de cosas, tampoco se sabe todavía qué versión de GNOME será la vista Ubuntu 17.10, pero sea la próxima GNOME 3.26 o la actual GNOME 3.24, lo que cabe esperar a partir de ahora es, a diferencia de los últimos años, una Ubuntu bastante alineada a la versión en curso del entorno de escritorio.
Pero no hemos terminado. Ahí va un bombazo por confirmar: «El plan actual es lanzar con la sesión de GNOME Wayland por defecto para la 17.10 con la esperanza de resolver cualquier problema con tiempo para la 18.04. Pero lo decidiremos para el final«, señalan. Se sabía que abandonado Mir, Ubuntu se sumaría a Wayland. Ahora falta por ver si está listo para el prime time o no.
Para terminar, una pequeña dosis de tranquilidad para los usuarios que no deseen desprenderse de Unity: la mejor alternativa es utilizar Ubuntu 16.04 LTS, cuyo soporte se extenderá hasta 2021; pero los usuarios que pasen directamente de Ubuntu 17.04 a Ubuntu 17.10 «verán la sesión de GNOME disponible«, pero «la sesión de Unity seguirá instalada tras la actualización«. Además, Unity seguirá disponible en los repositorios para quien desee instalarlo.
Como veis, esta entrada daba para muchos titulares. Pero como decían en aquella revista tan cachonda, solo teníamos espacio para uno.