Ya se sabe más del futuro Ubuntu con GNOME, y es que tras meses de incertidumbre, dimes y diretes, preguntas a la comunidad y suposiciones de todo tipo, se van aclarando las cosas de cara al próximo lanzamiento de la distribución.
Toda la información que os ofrecemos a continuación viene confirmada por Didier Roche, desarrollador de Canonical y participante en GUADEC 2017, el evento anual de la Comunidad GNOME que ayer mismo concluyó su presente edición en Manchester. Según cuenta Roche, «Ubuntu tuvo una gran presencia» y el buen rollo con la gente de GNOME no se ha perdido.
Con respecto a cambios concretos y supuestamente cerrados que veremos a partir de la próxima versión de Ubuntu, el más destacado es sin duda la decisión final al debate que surgió hace unas semanas a razón de utilizar Wayland por defecto. Y si entonces no se tenía nada claro, ya se tiene: a por todas con Wayland. El servidor gráfico de nueva generación hará su entrada como opción predeterminada en Ubuntu 17.10, aunque se seguirá manteniendo la sesión de Xorg por si el usuario se encuentra con problemas.
Sobre este tema os puedo decir que tras probar a fondo Fedora 26, segunda versión con Wayland de esta distribución, la experiencia es excelente. No obstante, que vaya mejor o peor depende de varios factores y en cualquier caso, quienes jugáis en Linux podéis ir apuntando un nuevo requisito postinstalación, pues Wayland aún tiene que madurar en esas lides.
La decisión de Canonical poniendo Wayland al frente se antoja como la acertada, porque conociendo su modus operandi no cabía esperar a que se atrevieran con una LTS, lo que hubiera supuesto retrasar el salto hasta finales de 2018. Haciéndolo así se aseguran de tenerlo todo más controlado para Ubuntu 18.04 y además ayudan a impulsar la adopción de Wayland en el entorno de GNU/Linux. No cierran la posibilidad de revertir el cambio para la LTS, pero se presume poco probable.
Pasando al escritorio que se perfila para Ubuntu 17.10, Canonical preguntó a la comunidad en un principio por extensiones, más tarde por aplicaciones, y aunque solo han dado a conocer los resultados de la primera encuesta, advirtieron que no se aplicarían tal cual. El propósito era nutrirse de las opiniones de sus usuarios a modo orientativo, pero la intención, como se ha comentado en más de una ocasión, es preservar en todo lo posible la idiosincrasia de GNOME Shell.
No esperéis que Ubuntu conserve sus funciones estrella o que se vea con GNOME Shell como se veía hasta ahora con Unity. Cosas como «el menú global, el HUD, el comportamiento de Alt+Tab, los menús de mensajería, las notificaciones de sonido, la integración de aplicaciones en el lanzador, las lenses y las scopes y otras modificaciones no serán ya parte de la experiencia por defecto», indica Roche. Deja la puerta abierta a que en futuros lanzamientos algo se pueda recuperar, pero no parece que vayan a ponerle demasiado interés.
Así, en Ubuntu 17.10 cabe esperar un GNOME Shell pelado, pero ligeramente retocado. Algunos de los detalles que revela Roche incluyen:
- Como ya sabíamos los temas Ambiance y Radiance se conservan, así como el tema de iconos y la fuente tipográfica, y se añade un tema para la Shell.
- Los botones de las ventanas se vuelven a situar a la derecha y serán los tres de siempre: minimizar, maximizar y cerrar.
- Se mostrarán los iconos en el escritorio.
- El lanzador, panel dock o como se le quiera llamar, estará visible por defecto.
¿Y qué extensiones usarán para facilitar todas estas modificaciones? Por lo que se entiende de Roche, ninguna. Los cambios se implementarán en un «modo Ubuntu«, algo similar a lo que es el modo clásico de GNOME. De esta manera, por ejemplo en el caso del panel, estará visible por defecto, pero si alguien desea más opciones tendrá que instalar Dash to Dock, que es la extensión que provee dicha funcionalidad.
Es decir, el GNOME Shell de Ubuntu ofrecerá diferencias sutiles con respecto a un GNOME Shell de fábrica, pero no irá mucho más allá. Además, las modificaciones no serán propias, sino que están alineadas al desarrollo y compartiendo el mismo código de los complementos en los que se basan. Quien prefiera una experiencia cien por cien fiel al espartano espíritu del GNOME Shell original, podrá instalar una sesión adicional con un simple comando.
En lo que se refiere a aplicaciones no se dan apenas datos, pero la intención es continuar añadiendo más aplicaciones de GNOME a la experiencia por defecto. Por lo cual, podemos concluir, la lógica se va imponiendo.