Hay quien no lo recuerda, especialmente los más jóvenes, pero hubo un tiempo en el que Firefox era el navegador soñado. Aunque las alternativas a Internet Explorer nunca faltaron, la aparición del navegador web de Mozilla, antes incluso de que tomase el nombre por el que lo conocemos hoy, despertó mucho interés entre los usuarios más inquietos de Internet. Firefox trajo potencia, versatilidad y respeto por los estándares web, y lo hizo de una forma revolucionaria: con soporte multiplataforma y software libre.
Pero todos sabemos lo que pasó. El navegador de Mozilla se durmió bastante antes de ponerse los laureles, surgió Chrome y se lo comió con patatas. No sucedió tan rápido como se cuenta, pero a grandes rasgos esa es la historia. Ahora Firefox pugna por volver a mostrar lo mejor de sí mismo y plantarle cara al actual rey, Chrome. Pero, una vez más, no va a suceder tan rápido como se cuenta. Tras más de un año de intensas actualizaciones, Firefox 54 y Firefox 55 han sido sus versiones más prometedoras, y aún hay más esperanzas puestas si cabe en Firefox 57 (para noviembre).
¿Qué pasará después? Es difícil de adivinar, pero si tuviera que apostar diría que de ser cierto todo lo que adelantan desde Mozilla con respecto a las mejoras que le esperan a Firefox, un año no se lo quita nadie antes de que alcance a Chrome con todas las de la ley. Porque los desarrolladores de Chromium tampoco se van a estar quietos, claro. Sin embargo, el rendimiento no lo es todo y cuando Firefox haya superado ese escollo de manera que las diferencias entre uno y otro sean imperceptibles, las funcionalidades serán las que determinen la elección de muchos usuarios.
Hablando de funcionalidades Firefox no va mal parado y ofrece cosas por encima de Chrome, como puede ser la capacidad de personalización del navegador; pero le siguen faltando detalles de este siglo. Por ejemplo, las webapps de Chrome. Si funcionan para los usuarios del navegador de Google, ¿por qué no iban a hacerlo para los del navegador de Mozilla? Esa es, en mi opinión, una de las tres características que podría copiar Firefox para mejorar su atractivo, publicaba la semana pasada en MuyComputer, aunque quizás no sea un must have en toda regla, lo reconozco. ¿Cuáles son las otras dos?
Una que me parece clave es Firefox CSD (Client Side Decoration), o lo que es lo mismo, que la ventana de Firefox se adapte a las circunstancias, dicho pronto y mal, tal y como hace Chrome o Vivaldi. Ahorrar espacio vertical es esencial y basta con ver a Firefox en GNOME con Adwaita para que a uno le recorra un escalofrío de terror por el cuerpo… Pero resulta que en Windows la canción es otra, a juzgar por las capturas que compartió un lector en los comentarios. Fallo mío por estar tan descolgado de Windows, pero cara dura la de Mozilla por no haberlo implementado aún en Linux -el fondo no es lo mismo, pero la forma, que es lo que importa aquí, sí.
Total, que Firefox sí tiene en marcha la implementación de CSD en Linux, solo que está tan verde que a saber cuándo llega. Se puede ver en acción en el siguiente vídeo que recogen en OMG! Ubuntu! y a pesar de tratarse de «una dolorosa compilación» directa de Git, nada al alcance de la mayoría de los mortales, la pinta es absolutamente estupenda (y no es la única novedad a destacar, atención al vídeo).
Es lo mínimo que cabe esperar de un navegador moderno y, en mi opinión, el penúltimo paso para recuperar el navegador soñado que una vez fue Firefox.
El último paso, por si alguien se lo pregunta, también lo mencionaba en el artículo de MuyComputer y me temo que es el menos negociable de todos: marcadores visuales, no solo en la página de nueva pestaña, y no, Pocket no es un sustitutivo aceptable. Pero estamos más cerca de conseguirlo. Solo falta por ver cómo responde Chrome a todo lo que prepara Firefox.