El gigante de los contenedores, Docker se ha rendido finalmente ante la evidencia y dará soporte a Kubernetes, tal es el mensaje que ha transmitido la compañía durante la celebración de DockerCon EU, la conferencia para desarrolladores que organiza anualmente.
El cambio no es baladí. La repetida negativa de Docker Inc. ante lo que han visto siempre como competencia directa ha sido manifiesta desde un primer momento. Docker Swarm es el proyecto de la casa con el que han intentado oponer resistencia, pero no fue hasta el año pasado cuando se anunció la implementación de funciones de orquestación propiamente dichas.
Por el contrario, cuando Google liberó la primera versión final de Kubernetes el desarrollo estaba mucho más maduro, había pasado la prueba de producción interna y a pesar de la incipiente competencia tardó poco en posicionarse como la herramienta de referencia en su categoría. No es de extrañar, pues, que Kubernetes sea la opción preferida para gestionar contenedores con Docker, aun sin contar con soporte oficial.
Pero todo esto va a cambiar con la próxima versión de Docker Enterprise Edition, en la que Kubernetes y Swarm gozarán del igual nivel de integración, permitiendo al usuario elegir la opción que más le convenga. La razón del cambio es, según ha explicado el fundador de Docker, Solomon Hykes, precisamente ofrecer más opciones; pero a nadie se le escapa el viejo dicho de si no puedes con tu enemigo, únete a él.
Sin embargo, Docker Inc., no es solo un proveedor de software: su negocio está ahora, como toda gran tecnológica corporativa que se precie, en los servicios, en este caso concreto, como plataforma como servicio (PaaS), o más específica aún, contenedores como servicio. Así que incluso poniendo al mismo nivel a contenedores y orquestación, tal y como ya hacen algunos analistas, Docker estaría ofreciendo a sus clientes un servicio más completo.
En resumen, estamos asistiendo a las consecuencias de la nube, una tecnología que ha traído muchos beneficios, pero también retos. El de el empaquetado y distribución de aplicaciones parece estar solventado mediante la ‘contenerización’ de las mismas, con Docker a la cabeza. Pero conforme se amplía la escala la gestión de todas esas aplicaciones se complica y la orquestación, la automatización de todas las operaciones, es la solución que se emplea, con Kubernetes a la cabeza.