Es una pena que Mozilla haya acertado con Quantum como pocas veces en muchos años, para justo después volver a meter la pata hasta el fondo con una estupidez de libro como lo de Mr. Robot en Firefox. Es casi tan triste como convertir automáticamente cualquier crítica en un ataque sin más objetivo que ese y sin otro razonamiento que el viejo o conmigo o contra mí que percutan con sus comentarios algunos de los defensores a ultranza de proyectos como, me pesa señalar, Firefox. A fin de cuentas, ¿quién puede criticar a una organización que «hace Internet más seguro, saludable y rápido» creando «productos y políticas para mantener Internet al servicio de las personas, no del beneficio»?
Me temo que yo ya he tropezado en varias ocasiones con esa piedra y como veis en ello sigo, si es que lo único que trasciende de estas palabras es la mera crítica. Al menos en mi caso, no lo hago por atacar algo que no me gusta, sino por todo lo contrario: lo hago -criticar aspectos muy concretos- porque me da rabia que algo que podía ser genial no lo sea. Cuando descubrí y empecé a utilizar Firefox ni siquiera tenía ese nombre, pero incluso en aquel entonces se sentía un proyecto especial y una oportunidad para reavivar una Red que se pudría al ritmo que marcaba Internet Explorer. Mozilla y su Firefox supusieron una bocanada de aire fresco que no hay que olvidar, pero que no son carta blanca para nada.
Por continuar con la historia, llegó Chrome y en dos años se había comido a Firefox en lo que más duele: rendimiento e innovación. Guste o no, Chrome es el navegador que ha hecho evolucionar la Web en los últimos años. Mientras tanto Firefox se arrastraba -siempre hacia adelante, eso sí- con la inevitable consecuencia de padecer una sangría de usuarios que aún hoy no ha conseguido revertir. Por el camino quedaban abandonadas iniciativas interesantes pero estériles como Firefox OS, al tiempo que Mozilla incrustaba un servicio privativo como Pocket para más tarde comprar la compañía que lo desarrolla, o pasaba de Thunderbird para que todos los recursos se fueran a Firefox, a pesar de que tienen recursos de sobra para mantener ambos.
¿Y todo esto a qué viene precisamente ahora que Firefox está remontando el vuelo? Al tema de Mr. Robot en Firefox, que no ha sentado nada, pero nada bien a alguno de los usuarios que se han topado con él. Si alguien no se ha enterado, en ese enlace lo explican mis compis de MuyComputer. En resumen, es una tontería tan grande que no sabes si abofetear (en sentido figurado, aclaro por si hace falta) a quien se escandaliza -por lo limitado y explícito del marco del suceso- o al que tuvo la idea de hacer algo así. En cualquier caso se ha tratado de una acción promocional zafia por la que Mozilla ya se ha disculpado, no sin antes provocar varios focos de incendio a lo largo de Internet.
Las críticas duras hacia Mozilla han recorrido la Red y de las que me he encontrado traigo aquí la de Bryan Lunduke, un personaje relativamente conocido en el panorama Linux cuya «virulencia» me ha pillado desprevenido, la verdad. En su habitual tono cordial, Lunduke le da un repaso a «la Corporación Umbrella Mozilla» como no he visto nunca. ¿Con razón? Os invito a ver el vídeo a continuación.
A quien no lo entienda mis disculpas, pero no es factible traducir toda la charla. En esencia Lunduke carga contra Mozilla por un doble rasero que achaca a que su auténtico espíritu y motor no es Mozilla Foundation, sino Mozilla Corporation, una compañía multimillonaria con su propia agenda y, por supuesto, con ánimo de lucro, que para más inri no es digna de la confianza de usuarios o empresas. Lo de las empresas viene a cuento del lío que la enfrenta con Yahoo! y lo de los usuarios por cosas como lo de Mr Robot, su postura con el DRM o ciertas inversiones en organizaciones y proyectos que no promueven la libertad del usuario. Da detalles específicos de asuntos más bien feos que no he podido comprobar, por lo que no entraré a valorarlos.
En mi opinión Lunduke está excesivo en los adjetivos y el mensaje, aunque insiste en que «Mozilla puede ser salvada». ¿Cómo? Para empezar, despidiendo a la cúpula directiva… Pero como eso no va a suceder solo porque él lo desee, mejor volvemos a donde creo que más acierta: al negar esa imagen de «hermanita de la caridad» o «salvaguarda de la Internet libre» que la entidad ha asumido como propia y que muchos de sus usuarios toman a pie juntillas. Yo niego la mayor también, con matices. Por ejemplo, es cierto que si Mozilla aplicase escrupulosamente lo que predica nunca hubiesen tragado con algo como el DRM, y sin embargo eligieron la vía del pragmatismo. ¿Alguien se imagina a la FSF haciendo lo mismo solo para no perder cuota de mercado e ingresos? Pues eso. Y conste que en este caso la decisión e implementación de Mozilla me parece la adecuada.
Luego siempre hay aventuras que salen mal. Firefox OS fue una y aunque se veía venir que no iba a acabar bien, se puede perdonar. Lo que es imperdonable es dejar en la estacada a Thunderbird, con agravantes si mencionamos a Pocket: su implementación fue una chapuza que remendaron, para terminar comprando un servicio que en su función es interesante, pero que no aporta nada relevante a lo que ofrece Firefox. En lugar de eso podrían haber rediseñado el sistema de marcadores del navegador, que falta le hace. Pero prefirieron gastarse el dinero en Pocket (ojalá lleguen a integrarlos de manera inteligente y no como están ahora). ¿De verdad Pocket es más importante que Thunderbird? No uso ninguno, pero mi opinión es un rotundo no.
Hago hincapié en Thunderbird porque para mí es un indicativo muy destacado de las prioridades de Mozilla. Me podéis llamar ‘perroflauta’ si queréis, pero no comparto que un proyecto -en global- como el que representa Mozilla pague a sus directivos según qué sueldos o tenga oficinas en según qué sitios exclusivos. Y no me vale la competitividad como excusa, ni tampoco abogo por explotar a nadie. De modo que no es de extrañar que haya quien vea a Mozilla como una empresa y no como una ONG, lo cual no debería ser negativo per se. Se puede ser empresa y ser decente, e incluso aportar beneficios a la sociedad sin renegar de ninguna finalidad económica. Sin ir más lejos, no me atrevo a decir qué estaría usando en mi PC de no ser por empresas como Canonical, Red Hat o SUSE, pero también Intel, Google o Microsoft.
Así que permitidme que no tenga a Mozilla o Firefox en un pedestal y que al mismo tiempo defienda que su presencia, sin ser imprescindible, sí es positiva para la evolución de la Web. Me conformaré con posicionarme en la equidistancia, tan de moda estos días, y mientras alguien no me demuestre lo contrario seguiré confiando en ambos en la medida en que los percibo. De momento lo que más me interesa es que Firefox recupere el brío tecnológico perdido… y por eso le pido a Mozilla menos cuentos y más Quantum.