La semana pasada apareció Fedora 28, la última versión de la distribución comunitaria de Red Hat. ¿Ha hecho en esta ocasión la comunidad un buen trabajo con la edición Workstation? Eso es lo que analizaremos en esta entrada.
He probado Fedora 28 Workstation en dos entornos: una máquina virtual VirtualBox versión 5.2.6 y en un viejo portátil Toshiba con las siguientes características:
- Modelo: Toshiba Satellite Pro P200.
- CPU: Intel Core 2 Duo T7300 a 2GHz.
- GPU: ATI Mobility Radeon HD 2600 (identificada como AMD® Rv630 por el driver libre Radeon).
- 4GB de RAM DDR2 a 667MHz.
- Almacenamiento: SSD Samsung 850 EVO de 500GB.
Una instalación cada vez más simplificada
Lo primero que se puede apreciar es que el proceso de instalación se ha simplificado. La opción para configurar la red ha desaparecido y también la de los usuarios. En Fedora 28 Workstation se configura un único usuario después de la instalación que adquiere los privilegios de administrador mediante sudo, imitando así a Ubuntu y sus derivadas. A día de hoy para cambiar el nombre del host solo hay que dirigirse a la sección Detalles en la Configuración de GNOME, así que la eliminación de la configuración de la red no presenta ningún problema en la actualidad.
Un sistema operativo razonablemente optimizado
Una de las cosas más sorprendentes de Fedora 28 Workstation es su optimización. A pesar de utilizar GNOME 3.28 por defecto, siendo además el sistema operativo de referencia de ese entorno de escritorio, la experiencia ha sido relativamente fluida. Obviamente, la antigüedad del ordenador y sobre todo su pobre GPU no permiten obtener el mejor rendimiento, pero su desempeño es lo suficientemente bueno como para sentirse cómodo con él, por lo que se puede decir que la comunidad de Fedora ha hecho un gran trabajo en este aspecto.
Se puede afirmar que la implementación de GNOME de Fedora 28 Workstation está más depurada que la de Ubuntu 18.04, ya que no arrastra un bug en el que se ven los escritorios virtuales descolocados cuando se estrella un fichero en la esquina superior izquierda en la sesión de GNOME. También se muestra más optimizada, ya que la respuesta en general ha sido mejor que con el sistema de Canonical.
Por lo demás, pues tenemos GNOME vanilla en su estado más puro, con Adwaita como tema por defecto y sin extensiones ni añadidos. No hace falta que recuerde que prefiero la disposición por defecto sobre cualquier personalización, por lo que me siento muy cómodo utilizando el entorno así. GNOME profundiza cada vez más en su propio concepto, ofreciendo una experiencia sencilla, simple, directa e intuitiva. Eso sí, los que quieran incorporar modificaciones siempre podrán instalar GNOME Tweak Tools.
La integración con VirtualBox, un punto a mejorar
Uno de los principales atractivos de Fedora 28 es la incorporación de Linux 4.16, que destaca por incluir unas Guest Additions para VirtualBox. Sin embargo, parece que los drivers para la conocida solución de virtualización, posiblemente la más utilizada en entornos domésticos, tiene mucho que mejorar.
En mi caso, he probado VirtualBox 5.2.6. La máquina virtual tenía una CPU de dos núcleos que tomaba de un Ryzen 7 1700, 3000 megabytes de RAM y 128 megabytes de VRAM con la aceleración 3D habilitada. Por otro lado, es importante tener en cuenta que la máquina anfitriona utiliza una NVIDIA con el driver privativo, así que no se puede descartar que esto haya podido influir.
Tras iniciar sesión la máquina virtual parece ir bien, pero nada más abrir Firefox empieza a ralentizarse en exceso, perdiendo mucho rendimiento. En Fedora 27, que también lo tengo instalado, todo va bastante más fluido. Posiblemente esto se deba a que los drivers todavía se muestran inmaduros, así que solo queda esperar a que esto mejore en futuras versiones del kernel Linux.
Repositorios para ponerlo todo más fácil
Fedora 28 Workstation incluye una serie de repositorios que se pueden instalar para facilitar la instalación de software que si bien es muy usado, no cumplen con los principios de la distribución al ser cosas privativas, y Fedora solo acepta drivers y firmware privativos a nivel de kernel para así soportar mejor el hardware que utiliza la mayoría de los usuarios.
Los repositorios, como ya comentamos en su momento, facilitan la instalación de Google Chrome, el IDE de Python PyCharm, los drivers de NVIDIA y el cliente de Steam. Una pequeña ayuda que, si bien puede terminar despertando las susceptibilidades de los más puristas, vendrá muy bien para el usuario con un perfil más común o que solo quiera usar Fedora como cualquier otro sistema operativo “comercial”.
Ayudando con los paquetes de idioma
Una de las cosas más destacables de Fedora desde hace unas versiones es su evolución para ser más amigable con el usuario. Esto, lejos de ser una declaración para quedar bien de cara a la galería, se está transformando en movimientos que el usuario termina apreciando.
Cuando se abre LibreOffice (o al menos Writer) por primera vez, aparecerá una notificación sugiriendo la instalación del paquete de ayuda en castellano para la suite ofimática. Como dependencias, se instalan los paquetes necesarios para la corrección ortográfica, subsanando así uno de los aspectos más incómodos que arrastraba Fedora.
Ayudando a reproducir los contenidos multimedia desde Firefox
Una de las cosas que no me gustaron fue que no conseguía reproducir muchos contenidos en HTML5 con Firefox, a pesar de haber instalado los repositorios de RPMFusion y luego los siguientes paquetes de códecs tras habilitar el repositorio de OpenH264:
sudo dnf install gstreamer1-libav gstreamer1-plugin-openh264 gstreamer1-plugins-bad-free gstreamer1-plugins-bad-free-extras gstreamer1-plugins-bad-freeworld gstreamer1-plugins-bad-nonfree gstreamer1-plugins-good gstreamer1-plugins-good-extras gstreamer1-plugins-good-gtk gstreamer1-plugins-ugly gstreamer1-plugins-ugly-free mozilla-openh264 openh264
La razón de por qué no funcionan muchos contenidos multimedia HTML5 en Firefox fue porque, según pude comprobar en el foro de Fedora, se tiene instalar los siguientes paquetes adicionales:
sudo dnf install ffmpeg-libs compat-ffmpeg28
Fedora Workstation progresa adecuadamente
Los ambiciosos planes para el escritorio fueron toda una declaración de intenciones que se han materializado con, posiblemente, la versión de Fedora más fácil de utilizar de todas las que se han lanzado (quitando el tema de Firefox).
Siempre ha sido una distribución intermedia entre las que se pueden considerar como amigables con el usuario final (Ubuntu, Mint, Manjaro…) y las que van destinadas al usuario avanzado (Arch, Gento…), sin embargo, se pueden apreciar grandes pasos para convertir este sistema en algo que se ajusta cada vez mejor al primer perfil, aunque todavía tiene que mejorar en ciertos aspectos, como por ejemplo ofrecer un tiempo de soporte más largo, sin que tenga por qué acercarse a los números de openSUSE Leap y Ubuntu LTS.
Si se acepta la naturaleza de Fedora y su corto soporte, la versión 28 de esta distribución es sin lugar a dudas un gran sistema operativo, y hasta se puede decir que ha arrancado con mejor pie que Ubuntu 18.04 con GNOME.