Con el lanzamiento de GNOME 3.28 a principios de este año, el entorno de escritorio se deshizo de una característica tan elemental y asumida como el poder poner iconos en el escritorio. Pero ya está de vuelta como extensión semioficial.
La buena nueva la da Carlos Soriano, empleado de Red Hat y desarrollador de GNOME, donde entre otras cosas se encarga de mantener el gestor de archivos Nautilus. Es, por lo tanto, conocedor en profundidad de los entresijos técnicos que rodean dicha función, y de hecho fue él quien decidió en su momento la eliminación de la misma. Pero a diferencia de otros «recortes» que ha sufrido el escritorio GNOME en los últimos tiempos, esta vez no se debió a imperativos del diseño.
«El código de los iconos del escritorio estaba bloqueando cualquier otro desarrollo importante en Nautilus y la calidad no estaba a la altura de nuestros estándares», explica Soriano. De ahí la decisión tomada. De ahí, también, que en Canonical decidiesen servir en Ubuntu 18.04 LTS GNOME 3.28 con un Nautilus desactualizado que conservaba la función. Quedaba la duda de qué pasaría más adelante.
Duda resuelta: para satisfacer a los usuarios del modo clásico de GNOME en Fedora y RHEL, pero también a quienes simplemente desean poder seguir utilizando los iconos del escritorio, Soriano ha desarrollado una extensión que ya se encuentra disponible en fase beta y que recupera la función de marras con mejoras notables con respecto a las posibilidades que ofrecía el viejo código de Nautilus.
Esta nueva extensión trae de vuelta los iconos del escritorio y toda la funcionalidad esperable, incluyendo abrir archivos, ejecutar lanzadores de escritorio, reordenar arrastrando y soltando, soporte para varias pantallas, abrir en terminal, cortar y copiar, atajos de teclado… listo para Wayland y sin perder la integración con Nautilus. Aunque este último es un requisito indispensable que requiere de tener instalada la última versión de la aplicación.
Así, para instalar Desktop Icons (así se llama la extensión) es imprescindible contar con GNOME 3.28 y con la última versión de Nautilus. En el artículo original se dan las instrucciones necesarias para ello, pero para quien esté en Ubuntu 18.04 y se lo esté pensando, le recomendamos que se quede como está: la funcionalidad ya la tiene y esto no deja de ser software en estado beta.
Será a partir del lanzamiento de GNOME 3.30, previsto para dentro de un par de semanas, cuando todos los usuarios del entorno de escritorio que se mantengan actualizados tengan al alcance el volver a poner los iconos del escritorio… si quieren.