Tal y como se previó desde el principio, los coletazos de Meltdown y Spectre siguen sucediéndose y detrás de una variante aparece otra, y detrás suyo llegan los parches de turno por todos los medios que uno se pueda imaginar: aplicaciones, sistemas operativos, controladores y por supuesto instrucciones vía firmware y microcódigos. Pero la última actualización de Intel no ha gustado nada en parte del sector tecnológico y después de un día de convulsión, oh sorpresa, el gigante de los microprocesadores ha reculado.
Hablamos del último microcódigo impulsado por Intel con parches para las últimas variantes de Meltdown y Spectre, que la compañía ha distribuido esta semana. Ayer mismo se anunció el lanzamiento del parche para Windows y días antes se conocía su pronta disponibilidad para Linux, si bien no todas las distribuciones han estado por la labor de servirlo conforme lo han recibido. Según cuentan en The Register, Red Hat, SUSE y Arch Linux no han puesto pegas, en Gentoo se han planteado incluir una advertencia y en Debian han dicho directamente que es «indistribuible«.
¿Cuál era el problema? Un cambio en la letra pequeña de la licencia del microcódigo que, de aceptar la actualización, prohibía expresamente la realización de pruebas de rendimiento y su publicación. Que nada de benchmarks, vaya. Y ha saltado la alarma: ¿a santo de qué se puede prohibir algo así? «Intel se ha dado cuenta del problema y ha sido molestado por casi todo el mundo, deberían arreglarlo pronto«, comenta un desarrollador de Debian. Y acierta de pleno.